Luego de casi 40 años de firmado el tratado y 30 años de iniciada su construcción, el emprendimiento hidroeléctrico argentino paraguayo Yacyretá, logrará alcanzar antes de marzo de 2011 su cota máxima de 83 metros sobre el nivel del mar, según anunció la Entidad Binacional Yacyretá (EBY).
Se trata de una central productora de electricidad mediante el aprovechamiento del potencial del río Paraná.
Desde 1994 la represa funciona con una cota inferior de 76 msnm, por lo que su actual ampliación significa una mayor capacidad de generación de energía eléctrica, y un impacto en la oferta frente a una demanda que crece año a año. Políticamente implica algo más, se trata de la finalización de un proyecto controvertido y de largo plazo con el que ya convivieron dos generaciones de argentinos y paraguayos.
Siendo la Argentina un país con un potencial de recursos acuíferos de gran caudal, la producción de energía eléctrica nacional proviene, en más del 33%, de represas hidroeléctricas.
El grueso, un 60%, se obtiene de la energía térmica originada por combustibles fósiles y cerca del 7% de la energía nuclear, según datos correspondientes a 2008 de la Secretaría de Energía. Luego de la privatización de YPF en los ’90, la generación de energía a través de estas represas representan la provisión energética estatal por excelencia.
Yacyretá, ubicada sobre el río Paraná entre las provincias de Corrientes y Misiones y el vecino Paraguay, resistió los intentos privatistas de esa década y consolidó su carácter de entidad binacional. Se trata de la central hidroeléctrica más importante de la Argentina aportando más del 42,3% de la energía hidráulica del país.
EL PLAN DE FINALIZACIÓN. Mediante el Plan de Terminación de Yacyretá (PTY) implementado desde 2004, los gobiernos de la Argentina y Paraguay impulsaron el alcance gradual del máximo de la cota llegando a los 78 msnm en 2006, a 78,5 msnm en 2008, a 80 msnm en 2009, a 82 msnm en 2010, con la cota definitiva 83msnm en 2011.
Según la EBY, en la práctica esto implica que la potencia media de la Central pasó de 1.350 MW en 2004 a 2.250 MW en 2010, un crecimiento del 67%.
Así pudo batir el récord en 2010 con la generación más alta de su historia en 19.657 GWh, que representa un 19% más que en 2009.
Esta producción se distribuyó en un 88,4% al sistema eléctrico argentino y en un 11,6% al sistema eléctrico paraguayo.
En tanto según el Tratado lo generado se divide en partes iguales, el mayor consumo argentino es comprado al Paraguay a precio acordado, ingreso que es uno de los principales aportantes al Tesoro del país vecino.
Según la Entidad con el máximo de cota se modificará la matriz energética nacional, donde la energía hidráulica pasaría a producir el 54% de la energía eléctrica que demanda en el país, que sumada a la finalización de la central nuclear Atucha II, el 70% de la producción eléctrica correspondería a energías limpias y gestionadas desde el propio Estado.
UN “LUGAR DE AGUAS DIFÍCILES”. Yacyretá en lengua guaraní significa “lugar de aguas difíciles” o “lugar donde brilla la luna” ,y con su bautizo parece haberse hecho una impronta en su destino.
A pesar de ser dos acepciones que aparecen como contrapuestas, nada más difícil que hacer brillar la luna en una historia de endeudamiento, denuncias de corrupción, contaminación y hasta de lavado de dinero.
Sin embargo según la EYB, comenzaría un nuevo curso en la historia de la represa desde el Plan de Terminación.
Desde la Entidad Binacional, señalaron a que el proyecto original entró en una parálisis frente a la inacción en las obras civiles necesarias para elevar la cota, que además de ser reactivadas con el Plan a partir del 2003, las nuevas condiciones acordadas resolvían que el aporte de recursos necesarios, que hasta el momento se realizaba fundamentalmente vía préstamos de organismos internacionales, se transforme en una asignación presupuestaria, lo que permitiría un mayor control institucional mediante la disposición directa de recursos propios de la Argentina y de los gobiernos de ambos países.
Por otra parte se rescindió el contrato con la controvertida Consultora Internacional de Yacyretá (CIDY) para pasar a ser gestionada directamente desde los mismos Estados.
Asimismo el PTY es cofinanciado por el Tesoro Argentino, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la Entidad Binacional Yacyreta.
Los fondos que aportó el Tesoro y parte de los aportados por la EBY son administrados por un Fideicomiso contratado con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).
Con la firma del acuerdo, el gobierno argentino asumió la financiación de U$D 590 millones que se completan con los USD 90 millones aportados por el BID.
Considerándo lo producido desde su puesta en funcionamiento en 1994, durante el Plan de Terminación se obtuvo una productividad promedio mensual mayor a los años previos en un 51% con la suba gradual de la cota del embalse.
Para ello se administraron U$D 2,771 millones, de los cuales el 70% provino de la venta de energía al mercado eléctrico argentino.
Del total de los ingresos el 64% fue transferido al Paraguay y el 36% a la margen argentina.
Las inversiones totales ejecutadas en el PTY representaron U$D 1.605,9 millones, destinando U$D223 millones para viviendas y obras viales.
De esta forma se culminó con la liberación de las áreas y la compra de tierras afectadas por el embalse, la construcción de viviendas e infraestructura, y la implementación de reservas ecológicas y criaderos de peces, dado que la actividad pesquera era la principal actividad de la población afectada.
Según la EBY se construyeron 8300 viviendas y se asiste a 17 mil familias perjudicadas por la represa, mediante programas de salud y empleo, y la relocalización y provisión -junto a comerciantes de la zona-de títulos de propiedad en barrios y centros construidos a tal efecto.
A partir de las elevaciones de las cotas, las inundaciones y afecciones a los habitantes de la zona se expandieron, lo que impulsó denuncias desde diferentes organizaciones que en definitiva exigen que frente a la maximización de la cota se realicen las inversiones necesarias para que la población y el medio ambiente afectado pueda resarcirse plenamente.
De acuerdo a la Entidad, la ejecución del PTY facilitó la terminación de la construcción de las viviendas para todas las familias afectadas, y se tomaron medidas para crear nuevas condiciones laborales para esa población.
REFLEJO. Yacyretá es ejemplo de las oscuras historias de megaproyectos que sólo pueden vislumbrarse en el esclarecimiento de los intereses económicos que los sustentan. Por eso su historia en definitiva, es la historia de los países que la conforman.
En definitiva la polémica que actualmente se presenta en todo el mundo, es el creciente requerimiento de fuentes energéticas que resuelvan el progresivo agotamiento de los combustibles fósiles, pero ello comprendido en el marco de las necesidades sociales de trabajo, vivienda, y preservación del medio ambiente. Sólo así puede hablarse de progreso.
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