"Hacer un país es hacer hombres para que, a su vez, los hombres hagan el país" (Arturo Jauretche)

martes, 25 de enero de 2011

Boinas blancas y "prensa independiente"

Desde lo anecdótico, la "gran prensa" y su papel de oposición desestabilizadora frente a los gobiernos populares en nuestro país. Un proceder histórico que llega hasta el presente.

   "En 1916, contra Yrigoyen gobernante, se produce la coalición de todas las fuerzas de la extranjería ideológica, de izquierda a derecha, siempre en nombre de la libertad y contra la dictadura y con la política del escándalo como gran instrumento en que coinciden parlamentarios, catedráticos y la prensa toda, desde "Crítica" a "La Nación" y "La Prensa", con apenas el diario "La Época" defendiendo malamente frente a la calumnia y el ataque artero de la refinada inteligencia oligárquica que trabaja defeccionando el sentido común de mucha gente de clase media. Dice Jauretche: "Los gobiernos populares son débiles ante el escándalo. No tienen, ni cuentan con la recíproca solidaridad encubridora de las oligarquías y son sus propios partidarios quienes señalan sus defectos que después magnifica la prensa. El pequeño delito doméstico se agiganta para ocultar el delito nacional que las oligarquías preparan en la sombra y el vendepatria se horroriza ante las sisas de la cocinera". 

  "El doctor Ramón Gómez, que fue ministro de Yrigoyen, era por más señas tuerto y santiagueño, porque lo primero no obsta a lo segundo, ya que un santiagueño ve con un ojo lo que otros no ven con dos y tener dos, en un santiagueño es un abuso visual. Este Gómez tenía una línea política un poco fluctuante y tan pronto se aproximaba a los "galerudos",(alvearistas) como al "Viejo" (yrigoyenistas). Sólo que en los diarios era "el doctor Ramón Gómez" cuando andaba de "galerudo" y era "el tuerto Gómez" cuando andaba de yrigoyenista".

   "El doctor Pacífico Rodríguez Villar me contó, por aquel entonces, que siendo ministro de una intervención en Catamarca, tuvo un conflicto con el interventor, en razón del cual fue a informarlo a Yrigoyen. Pero, en cuanto comenzó a explicarle, Don Hipólito le cortó el pasmo:
-Dígame, ¿a quíen apoya el periodismo?
-Al interventor, Doctor Yrigoyen.
-No me diga más. Usted tiene razón. Cuando a un radical lo apoya la prensa, es porque anda mal".

   "Yrigoyen permanece enfermo en su casa y "La Nación" del día 4 plantea ya la posibilidad de su alejamiento. El día 5, en un editorial titulado "Sangre", se refiere a los disturbios producidos por manifestaciones estudiantiles en las cuales ha muerto el empleado bancario Juvencio Aguilar. Los manifestantes exigían la renuncia de Yrigoyen y La Nación y La Prensa apoyan esa demanda "popular".

   "Después de 1930, a pesar de ser radical yrigoyenista, todavía no me había "avispado" y era uno de los tantos convencidos de la incapacidad de los legisladores de mi partido cuya actuación conocía a través de las crónicas periodísticas. Tuve que ir a los diarios de Sesiones para comprobar que habían sido muy superiores a sus adversarios, pero que el periodismo grande había dado deformadas versiones de los debates, presentando a los yrigoyenistas en sus aspectos más desfavorables y a sus adversarios -algunos de los cuales eran energúmenos analfabetos- como pozos de ciencias, magnificándoles en la información, algún acierto incidental".

Arturo Jauretche (Jauretche y su época 1901 - 1955)

   "Soy respetuoso de la libertad de prensa, pero ustedes tienen un ejemplo hoy, en los diarios de hoy…yo les pido que lean El Clarín, que se especializa en titular de manera definida, como si realmente quisiera hacerles caer la fe y la esperanza al pueblo argentino.

Yo respeto al diario El Clarín, y El Clarín respeta al presidente sin dudas, y no he de pretender que calle su opinión…lean ese artículo que está vinculado a los anuncios sobre la desocupación…sabemos que es un opositor acérrimo…y no nos interesa…sabemos que es también este tipo de artículos el que aparece cotidianamente en el diario, pero léanlo porque en la forma falaz en que está presentada la noticia de una disminución de la desocupación en la Argentina es un ejemplo, digo, contra lo que tenemos que luchar los argentinos.

Este no es un tiempo para flojos…a toda la dirigencia argentina, sin excepción entre la que me incluyo, frente a tanto negativismo, frente a tanta crítica, si no fuera por el pueblo argentino, si el pueblo de la nación fuera lo que El Clarín dice que es, estaríamos todos destrozándonos entre nosotros".

Discurso de Raúl Alfonsín – 13 de febrero de 1987

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