"Hacer un país es hacer hombres para que, a su vez, los hombres hagan el país" (Arturo Jauretche)

domingo, 23 de enero de 2011

- Galasso vs. Altamira -

¿ADÓNDE VAS, JORGE ALTAMIRA?

El Ortiba, 06 de enero de 2011
Por Norberto Galasso

Nunca nos hemos tratado, pero nos conocemos y tenemos un punto teórico común: es necesario crear la sociedad solidaria, igualitaria, donde brote y se consolide el Hombre Nuevo. Eso creo yo y ahí pongo mis modestos esfuerzos: en la liberación nacional y social de una América Latina unida. Vos decís que también luchás por ese objetivo. Entonces, me creo con el derecho a preguntarte: ¿Adónde vas, Altamira? ¿Adónde? ¿A qué conduce tu política?

Disculpame, pero yo no creo que en lo profundo de vos mismo puedas suponer que la interrupción del kirchnerismo en el gobierno va a llevar al P.O. a la Casa Rosada, ni tampoco que le va a provocar un gran crecimiento político. No. No creo que estés tan al margen del desarrollo de la lucha de clases ni que, en nombre del marxismo, saques conclusiones que sólo es posible admitir en un adolescente generoso y utópico – de esos que, en pequeño número, te siguen - y que cree que se puede asaltar el cielo así como así, mañana mismo, con la revolución perfecta, completita, sin contradicción, ni imperfección alguna. No. A los pibes los entiendo – a “tus pibes” – y eso me duele, porque así seguramente pensaba el pibe Ferreyra. Porque a los 18 o los 22 años es posible querer salir de las desgracias, del desaliento, de la injusticia, luchando contra todos al mismo tiempo y de una vez, a todo o nada. Lo lamento por los pibes porque ellos ponen el cuerpo y la derecha no anda con vueltas.

Pero, a vos no te lo puedo entender. Vos viste lo que pasó con el corte de vías el otro día: 20 muchachos rebeldes, en nombre de 60 compañeros tercerizados, provocaron la bronca de miles de usuarios del ferrocarril en Plaza Constitución y esa bronca fue usada por grupos duhaldistas y macristas, por las barras bravas de Barrionuevo, por los comandos de Ritondo, por las bandas de Duhalde. No es como dice tu compañero Ramal que “sería delirante suponer que el P.O. cortaba en Avellaneda y también el P.O. actuaba” en Plaza Constitución. Si algo hay delirante es precisamente lo de Ramal, porque nadie seriamente ha dicho eso. Lo ocurrido es que, en los hechos, esos muchachitos idealistas que cortaron las vías quedaron aliados, en un mismo operativo de pinzas que vos no previste pero se dio en los hechos, con las bandas de derecha.

Entonces, cuando dicen “el P.O. aliado al duhaldismo” no te enojés: en la teoría no es así; en los hechos, sí. Es decir, en la política concreta, el macrista Ritondo es aliado tuyo y también Cecilia Pando y Posse y Redrado y Puerta y Barrionuevo y Toma. Vos y tus compañeros atacan al gobierno porque lo que no ha hecho, por lo que falta; ellos lo quieren voltear por lo que ha hecho y lo que ha hecho es suficiente para que no lo soporten. Pero en conjunto vos y ellos creen que es conveniente interrumpir el avance del kirchnerismo, es decir, la reelección de Cristina.

Claro, ellos, la derecha, están en lo suyo, no soportan la Ley de Medios, no soportan el recupero de los aportes jubilatorios por el Estado, ni la Unasur, ni tampoco la asignación universal por hijo, ni ponerle coto al FMI. Ellos están molestos por el protagonismo popular, por “los oscuramente pigmentados” (como decía el conservador Reinaldo Pastor) y entonces dicen ahora, haciéndole ‘el bocho’ a los vecinos más reaccionarios: “Somos xenófobos y ¿qué?: los bolivianos y paraguayos nos ocupan las escuelas y los hospitales”. Pero vos no podés coincidir con eso. Ya sé que no coincidís en la teoría, pero en los hechos, sí. En la teoría vos sabés de la gesta altoperuana contra los realistas y seguramente sabés del “Moto Méndez” y “el indio Camargo” y Juana Azurduy” y tenés afecto por bolivianos y paraguayos (¡Cómo no tenerlo por Solano López, compañero de lucha contra el mitrismo oligárquico financiado por el Imperio Británico!) pero, sin embargo, vos tocás en la misma orquesta de los xenófobos. Es en la misma orquesta, mi viejo, aunque no estés orquestado en conspiraciones de café. En los hechos, sí.

Por eso te repito: ¿Adónde vas, Altamira? Porque vos debieras saber, lo sabés, supongo, que en política es fundamental conocer al enemigo principal (manual elemental de todo socialista en serio). Y no podés confundir al gobierno - con todas las asignaturas pendientes que vos quieras - con la alianza Duhalde, Macri, Pando y todos los que ya conocemos. No. Eso no te lo voy a entender nunca, ni a justificar.

Por otra parte, vos te formaste en una concepción de la política que otorgaba importancia fundamental, al conocimiento de la correlación de fuerzas. Hay que preguntarse, en cada momento de la lucha, cuál es la correlación de fuerzas. Esto lo aprendiste, como yo, hace muchos años, en los manualitos del socialismo, es el ABC, el primero inferior, como se decía en nuestros tiempos. Y entonces, ¿cuáles son las opciones en juego? No me explico cómo no entendés las fuerzas en juego y la opción consiguiente: la vuelta al 2001 o a 1942, según algunos, es decir, el retroceso profundo con respecto a los avances del kirchnerismo, con todas las imitaciones en que probablemente vos y yo coincidamos o la prosecución y profundización de lo que se está haciendo desde el gobierno. ¡Y no podés decirme a mí que aprendiste en los textos clásicos que estas son luchas interburguesas y que es lo mismo Cristina en el gobierno que la Pando o Duhalde! No, vos sabés que no podés decirme eso, porque eso te invalidaría para actuar concretamente en las luchas políticas que se están dando hoy y aquí.

Vos viviste muchas cosas, Altamira, como las viví yo. ¿O perdiste la memoria? Y las que no viviste, te informaste por una abundante literatura política. ¿Qué hizo la izquierda abstracta, toda la izquierda, desde anarquistas, socialistas, comunistas hasta trotskistas, en el 30? Todos contra Yrigoyen. Y vino Uriburu y después él mismo se encargó de torturar y fusilar, incluso a algunos de estos izquierdistas teóricos que habían sido funcionales a esa derecha fascista. ¿Era lo mismo Uriburu que Yrigoyen? Evidentemente, no. ¿Había que hacerse yrigoyenista, en ese principio de la decadencia del radicalismo? Tampoco. ¿Correspondía colocarse al margen de esa lucha porque eran luchas interburguesas? Menos aún. La única política correcta era la que enseñan los clásicos: al lado del yrigoyenismo, con independencia, junto a la clase media que hacía su experiencia de poder y evidenciaba sus limitaciones. Porque no fue por las limitaciones sino por los aciertos que torturaron y asesinaron radicales en 1931 y había que estar ahí, contra la dictadura y al mismo tiempo junto a “la resistencia radical” denunciando al alvearismo entreguista. Claro que después el radicalismo terminó en De la Rúa y todo lo que conocemos, pero eso no significa que hubiese que atacarlo en su mejor momento, cuando tenían a la mayoría popular apoyándolo. Vos lo sabés bien, porque eso se llama “dialéctica” que en lenguaje de barrio quiere decir: no hay que dejar de enamorar a una mina de 20 años pensando que dentro de 60 años estará arrugada y desdentada. O de otra manera: la degradación del menemismo no justifica a quienes estuvieron con Braden y contra Perón, en el 45.

No puedo creer que no me entiendas, porque entonces sería vano este escrito, inútil totalmente. Y no me digas tampoco… “en esa época, nosotros éramos muy chiquitos y nos hacíamos pipí en la cama”, porque te contestaré como Jauretche, lo peor es que siguen meando en la cama también ahora. Porque también en el 45 y en el 55 sucedió lo mismo, salvo la posición de “Frente Obrero” y sus seguidores de la Izquierda Nacional, que salvaron el honor del socialismo revolucionario junto a los trabajadores peronistas. De lo que ocurrió después que cayó Perón, ¿te acordás?, sin duda. ¿Qué vino? ¿El socialismo, acaso? Sí, quizás el de “Norteamérico” Ghioldi justificando los fusilamientos del ‘56 porque “la letra con sangre entra”. No eran lo mismo Perón y el almirante Rojas, lo sabe cualquier laburante sin haber leído jamás a don Carlos ni a Vladimiro Ilich. Lo sabe porque está en la realidad de la lucha de clases, aunque no sepa qué es la lucha de clases que la mayor parte de la izquierda predica en los fermentarios y talleres de formación con las ventanas cerradas a lo que ocurre en la calle.

¿Puede ser que no me entiendas? Y no te confundas, te lo digo otra vez. Yo no te digo que te hagas kirchnerista. Te digo solamente que no se es izquierda cuando se califica a todos los demás de ser lo mismo, burgueses, echando fuegos de artificio que ilusiona a los adolescentes. Se es izquierda en la acción política concreta y aquí, en América Latina, con años de dependencia y expoliación, cuando aparecen gobiernos con vocación popular - quizás vos digas burgueses disfrazados de populismo - yo no pido que abandones tu organización y te incorpores, a ellos, sino que te pongas al lado. No al lado de la derecha y en contra de ese gobierno. Te lo dijo Lenin, Altamira: “golpear juntos, marchar separados”.

“Junto” con las mayorías populares, aunque las direcciones políticas no sean todo lo que vos quisieras. Y “separados”, es decir, manteniendo la independencia ideológica, política y organizativa, pero jamás serle funcional a la derecha. No, mi viejo.

Porque entonces vas entrando en un juego en que puede caer sobre vos la responsabilidad de lo que ocurra a militantes que son víctimas de enfrentamientos como los que hemos visto, heridos o muertos para que en definitiva no se haga la revolución, sino para que la derecha llegue al poder y persiga a los pocos que te queden.

Hace pocos días lo dijo Rafael Correa, con respecto a su intento de darle una salida popular al Ecuador, protestando porque una “izquierda”, a la que llamó “boba”, se complace en atacarlo haciéndole el juego a la derecha. Lo mismo dice Hugo Chávez respecto a furibundos ex guerrilleros que se le oponen haciéndole el juego a los dueños de la televisión y los grandes grupos económicos de Venezuela. ¿No bastan acaso las fotos del lanzamiento de la candidatura de Duhalde, con el macrista Ritondo y la procesista Pando, obras maestras del terror? Son ellos los que acechan, los que quieren volver, los que quieren otros treinta mil desaparecidos, entre los cuales caerán también muchos de los tuyos. Y no podés hacerle el juego. No podés crear condiciones para que los diarios digan “el P.O. en Avellaneda y el duhaldismo y el macrismo en la Plaza Constitución, operaron contra el gobierno y provocaron incidentes”. No, mi viejo, no podés. Sería un error gravísimo y en política, ya lo sabés, un grave error es peor que un crimen.

Porque en estos países los movimientos nacionales y populares jugaron un papel importante, aunque hayan sido inorgánicos, tumultuosos, “oro y barro”, “abismos y cumbres”, como decía Jauretche, pero en el balance final expresaron avances populares, tanto Yrigoyen como Perón.

A veces, los periodistas dicen que en la Argentina no hay izquierda real ¡Y claro!, si grupos semejantes al tuyo confundieron a Biolcati con Mao Tsé Tung y a Llambías con Trotsky y se colocaron alrededor de “la mesa de enlace agropecuario” enfrentando al gobierno junto a las señoras “bien” del Barrio Norte y los grandes sojeros. En esa ocasión, vos estuviste mejor que ellos, pero no bien. No apoyaste a los ganaderos, pero dijiste que eran luchas interbuguresas. Entonces, decime, ¿toda la historia argentina son luchas interburguesas que no deben importarle a los trabajadores? Yrigoyen derrocado por los conservadores, Perón enfrentando a Braden y luego derrocado y desterrado, Moreno envenenado y San Martín enfrentado a Rivadavia y Sarmiento festejando el degüello del Chacho Peñaloza. Una historia de luchas, sangre y muerte. Y si eso no es lucha de clases, ¿las clases dónde están? ¿Todos son lo mismo, burgueses y todos los enfrentamientos, bombardeos, fusilamientos, etc., son luchas interburguesas? Si pensamos eso, mejor será que nos dediquemos a la pintura abstracta o a aprender a tocar el violín que con eso no jodemos a nadie. Y esperemos que algún día, allá lejos, cuando aparezca otro cordobazo, pero con una vanguardia iluminada, ortodoxamente formada en nuestras academias de socialismo revolucionario, volvamos quizás a la política, pero podría ocurrir entonces que los trabajadores ya hayan forjado sus dirigentes, algunos socialdemócratas, otras burocratizados, otros “fierreros”, qué se yo, pero que no reconozcan a quienes durante toda la historia argentina no incidieron para nada y sacaron el 1% de los votos por sostener que millones de argentinos imbéciles se peleaban por diferencias “burguesas” y no por el socialismo .

Sabemos, desde la Izquierda Nacional, que no es fácil ese “golpear juntos” y marchar separados. Inclusive hago autocrítica cuando Ramos se presentó con candidatura propia el 11 de marzo del ‘73 porque sostenía que era lo mismo Cámpora que los radicales y los candidatos del gobierno militar. Fue un grave error. Y ni qué hablar del apoyo a Menem. Por eso muchos izquierdistas nacionales se colocan a distancia de la historia de Ramos. Pero esta corriente ha sostenido, en general, la única posición correcta de acompañar a todos los movimientos nacionales de América Latina, desde una perspectiva independiente y colocarse claramente frente al enemigo común que, como se sabe, es el imperialismo y los traidores nativos.

Desde esa perspectiva coincidimos en la valoración del peronismo con Cooke, Hernández Arregui, Puiggrós, Walsh y tantos otros, pero insistiendo que era más correcto jugar por afuera y no intentar forjar la izquierda desde adentro. Pero lo que no dudábamos, en la relación con ellos, fue que los trabajadores estaban haciendo su experiencia y debía acompañárselos y enfrentar al enemigo principal.

Ahora la polémica sigue con motivo de las posiciones del P.O. Y te lo repito: ni oposición implacable al movimiento nacional, como la tuya, ni seguidismo. Pero la tuya puede ser más peligrosa. Porque la derecha sabe hoy que pierde en primera vuelta y va a provocar conflictos durante todo el 2011. Y ustedes no pueden estar ahí. ¡Ni cerquita! ¿Entendés?

Haceme caso, Altamira, pensalo. A la noche. En el silencio de la medianoche, pensá en los pibes que podés arriesgar y hacerlos jugar de modo funcional a la derecha. No se trata de hacerle asco a poner el cuerpo, pero sólo cuando políticamente tiene sentido el peligro que se corre. Mártires porque sí, no benefician a nadie sino que enlutan y suman desgracias a las que ya hemos sufrido. Pensá en la derecha que acecha, pensá qué pasaría si se hunde este gobierno. Vos y yo ya estamos más cerca del arpa que de la guitarra y entonces, seguí el consejo de Julián Centeya: en “el finirla, está la salvada”. Ahí uno se puede redimir de viejos pecados. Todavía estás a tiempo y entonces, te lo digo de nuevo, no se trata de hacerte kirchnerista, sino de colocarte críticamente pero acompañando al pueblo en su experiencia. Nacional, popular. Y te lo digo en nombre de los Estados Unidos Socialistas de América Latina sobre los que profetizó Trotsky en 1940, por aquello que, como sabés, lo llevó a apoyar las nacionalizaciones petroleras de Lázaro Cárdenas y que en el fondo, era su teoría de la revolución permanente y aquello otro del frente único antiimperialista que junto con Lenin presentaron en 1922 a los congresos de la III Internacional. Frente único antiimperialista con obreros, muchos obreros y también con estudiantes de la pequeña burguesía y otros oprimidos, pero en estrecha vinculación con el nivel de conciencia política de la mayoría, en ese momento histórico ¿Verdad que te acordás?

Te lo digo yo, que soy, como decía Scalabrini y salvando las distancias, “uno cualquiera que sabe que es uno cualquiera”. No sea cosa que esta conversación la tengamos que continuar en el 2012, los dos en cana o en el exilio. Y preparate entonces, porque, en ese caso, te lo voy a reprochar todos los días, implacablemente, como esa gota de la canilla que persiste y molesta empecinadamente en la madrugada, te lo voy a repetir una y mil veces, haciéndote corresponsable de la desgracia argentina, si aquellos que vos sabés volvieran, aprovechando los errores de una izquierda que todavía no se enteró que El Che puteaba desde Guatemala contra “esos mierdas de aviadores” que bombardearon a su propio pueblo aquel trágico 16 de junio de 1955.

Sólo puedo agregarte que hay momentos en la vida de los hombres que lo mejor que pueden ofrecer a su pueblo es una profunda autocrítica y un replanteo de posiciones erróneas. Ahí se juega su profunda adhesión al mundo nuevo que predican y por el cual dicen que están luchando. Pensalo.

Un saludo.
Buenos Aires, 5 de enero de 2011


QUÉ BAJO QUE CAÍSTE, GALASSO

Por Jorge Altamira
7 de enero de 2011

No sorprende que el historiador Norberto Galasso se sume a la campaña macartista desatada por el gobierno nacional y sus cortesanos para criminalizar al Partido Obrero y para combatirlo, como dice uno de sus escribas, “con el Código Penal” – la primera manifestación concreta de la ‘nueva’ política de “seguridad democrática”, para enfrentar la movilización social, que le sopló al oído la estirpe de los Verbitsky a la nueva ministra de Seguridad. En una ‘carta’ que fue difundida en forma instantánea y profusa, en su mayor parte por los ‘blogs’ alcahuetes del oficialismo (que seguramente no harán lo mismo con esta respuesta), Galasso no pronuncia dos frases inevitables en la boca de cualquier luchador: “la patota de Pedraza” y “juicio y castigo a TODOS los culpables”. Al revés: “puede caer sobre vos”, dice Galasso, en referencia a Altamira,“la responsabilidad de lo que ocurra a militantes que son víctimas de enfrentamientos como los que hemos visto”. Se trata, ojo, de una amenaza – claro, desde el campo popular, que no formula al pasar sino que repite: “pensá, nos dice, en los pibes que podés arriesgar”. ¿Este hombre sospecha siquiera el nivel de su bancarrota política y hasta de su bajeza? Estamos en peligro, no por las patotas de Pedraza, Maturano, West Ocampo, Gerardo Martinez, Guillermo Moreno, el ‘caballo’ Suárez, Capaccioli, Otacehé, la policía de Barracas y Avellaneda, la de Soldati, la de Primavera en Formosa, sino por los piquetes ferroviarios, o, para el caso, todos los piquetes de todos los luchadores, y de activistas como Mariano Ferreyra. No hay que purgar al poder político de estas mafias, sino desencadenar una campaña macartista contra el PO. Galasso no llega siquiera a formular una teoría de los dos demonios – para él y los otros cortesanos el demonio es uno solo. Si nosotros somos los responsables del asesinato de nuestro compañero, la patota de Pedraza es un asunto secundario.

Galasso va más lejos todavía: respalda la tesis de los abogados defensores de los asesinos – el “enfrentamiento” – que fue refutada sin atenuantes, tanto por la jueza de primera instancia como luego por los tres jueces de la Cámara del Crimen. ¿No te has dado cuenta, Galasso, del pozo de inmundicia en el que has caído? Galasso cierra de este modo el círculo de la campaña de criminalización que inició, el mismo 20 de octubre, la Presidenta de la Nación, cuando responsabilizó por el crimen a “los que usan palos en las manifestaciones” y “a los estudiantes que forzaron la puerta del Consejo Nacional de Educación”. Después de esto, vinieron las diatribas del tipo “el PO le tiró un muerto al gobierno nacional y popular”, “los troscos son funcionales a Duhalde” – algo de lo que no se acordaron cuando Kirchner fue llevado de la mano a la Presidencia por el responsable político de los asesinatos de Kosteki y Santillán – que de paso le impuso más de medio gabinete, incluida la mayor parte de los actuales ministros, intendentes y punteros. Después del asesinato de Mariano, el kirchnerista Insfrán se cobró la vida de dos campesinos formoseños tobas, y la policía del jefe nombrado por Néstor Kirchner y la Metropolitana la de dos pobladores de Villa Soldati. Ni las policías, ni Insfrán están imputados; al revés, el gobierno apoya la reelección del formoseño y acabó firmando un pacto con Macri para castigar con la privación de derechos sociales la lucha de los pobladores por la vivienda.

Si el asesinato de Mariano Ferreyra obedeció a la necesidad de defender las tercerizaciones –un régimen de superexplotación para beneficiar a los grandes capitales -, la de los tobas fue ‘funcional’ a los intereses de los terratenientes sojeros y la de Soldati a la especulación inmobiliaria en la Ciudad. En lugar de lanzar la alarma acusadora: ¿A dónde vas Cristina? o la advertencia preventiva: ¿ A dónde te estás dejando llevar?, Galasso apunta contra ‘el enemigo principal’, que es, según él mismo, la prioridad que debe tener cualquier ataque político – Altamira y el Partido Obrero. Nos ha convertido en el ‘enemigo principal’ – a nosotros, no a Pedraza. Este es el significado sin falacias que tiene su frase introductoria, en la que asegura tener con Altamira” un punto teórico (sic) común: …crear la sociedad solidaria, igualitaria, donde brote y se consolide el Hombre Nuevo”. En realidad, nos quiere aplicar el Código Penal. Que patraña, no?

Galasso califica a nuestros militantes jóvenes como pibes, no por un acto de cariño sino para despreciar la madurez que han alcanzado y la conciencia que tienen de sus propios actos. En cambio, La Cámpora, que homenajeó a Insfrán en las vísperas del asesinato de los tobas, o la Juventud Sindical de triste memoria, que festejó con CFK en River pocas horas antes del asesinato de Mariano, son para él una juventud maravillosa. La 'carta' de Galasso es una provocación en cada línea y un monumento al caradurismo.

Encubrir a los Pedraza

Galasso no se aparta del encubrimiento de la patota que asesinó a Mariano Ferreyra en ningún momento de su texto. Galasso repite la versión de que “las bandas de derecha” procedieron al saqueo de la estación Constitución, aunque, una a favor de él, se abstiene en este caso de acusarnos a nosotros mismos por esos saqueos, claro que sin denunciar que eso es lo que hizo su ministra Nilda Garré y su compañero de ruta (¿ocasional?) Horacio Verbitsky – ninguno de los cuales apoyó sus infamias en la sede judicial. En cambio, sí lo hizo Juan Pablo Schiavi, secretario de transportes y jefe de del subsecretario Antonio Luna-hombre de Maturano y de Pedraza-, quien acusó por los hechos de Constitución a nuestros militantes ferroviarios en el juzgado que dispuso procesarlos por el corte de vías de Avellaneda.

Si es como dice Galasso, ¿por qué no hay ningún imputado por los desmanes de Constitución, cuando el diario La Nación publicó fotos de sus actores y existen los monitores propios de la estación? ¿No pensaste en esto Galasso – al menos en las noches, cuando “el músculo duerme y la ambición descansa”? Pero el encubrimiento de lo ocurrido en Constitución, por parte de la camarilla de la ‘seguridad democrática’, es decir del Código Penal y de los gases vomitivos, obedece a una razón simple: los desmanes fueron armados por la patota de la burocracia ferroviaria, con la intención de revertir la posibilidad de la prisión preventiva para los siete acusados por el asesinato de Mariano, como ya se había expresado antes, pero que a Galasso lo tiene sin cuidado, en los paros de la Fraternidad para “liberar a los presos” y en ‘asambleas’ armadas por la UF en Temperley con el mismo slogan.

Galasso se mofa, con el mismo estilo antiobrero de la prensa ‘destituyente’ (que ahora copia la oficialista) de un corte de “20 muchachos rebeldes”, para ningunear, como lo hace la derecha, la reivindicación del corte: el cese de los despidos y de las tercerizaciones – que reclaman miles y miles en el ferrocarril. Despidos y tercerizaciones que expresan la explotación acrecentada del capital sobre el trabajo y el despojo de los obreros por la burocracia sindical. ¡Pero qué carajo le puede importar esto a la “izquierda nacional”! Los 250 compañeros que cortaron las vías dejaron al desnudo que el gobierno maravilloso de Galasso no estaba cumpliendo, y sigue sin cumplir, las actas de incorporación a planta permanente de los tercerizados. Pero el gobierno incumple lo firmado porque tiene una asociación política y económica con esa burocracia, que por ello es un enorme factor de poder en el gobierno nac& pop. Galasso repite como un loro el verso de todo el oficialismo de que, ‘naturalmente’, a este gobierno fabuloso “le quedan muchas cuentas pendientes, mucho para hacer” (la contraseña para la reelección). Si fuera así (admitamos tal cosa por un momento), ¿por qué no pone manos a la obra y echa a los Pedraza de la gestión del ferrocarril, los echa de la secretaría de Transporte, expulsa a los capitalistas coimeros de Ugofe y pone al ferrocarril bajo administración estatal directa, con control de delegados obreros electos? Pero esto que el gobierno no hace, ni ha dicho que vaya a hacer, tampoco lo reclaman Galasso y sus compinches de la corte oficial: avalan la continuidad de la patota en uno de los principales núcleos de poder y al frente de uno de los ejemplos de mayor corrupción económica y desfalco de los fondos nacionales. Galasso es un simple encubridor que se disfraza con la muletilla de “la contradicción principal”. Los Pedraza son parte del poder kirchnerista – y no en pequeña medida. Galasso quiere un Hombre Nuevo pero no un ferroviario mejor pago, que trabaje en condiciones menos inhumanas. Galasso: volvé a leer tu ‘carta’ y ponete a llorar. Pero después de todo: ¿la ‘izquierda nacional’ no apoyó toda la vida a la burocracia sindical – incluso en los criminales años 70?

El “enemigo principal”

Todo este desvergonzado embuste, que lo coloca en el campo de los encubridores del asesinato de nuestro compañero Mariano y en el de los enemigos de los obreros ferroviarios, Galasso lo justifica con la tesis del “enemigo principal”; hay que apoyar a CFK (y por sobre todo su reelección) para que no triunfe el ‘enemigo principal’, la derecha. En realidad estamos ante un embuste, porque en ningún momento Galasso caracteriza a CFK como un enemigo de clase, aún ‘secundario’, de los trabajadores, ni tampoco propone, bajo ninguna forma, desarrollar una organización clasista que combata al gobierno - al menos como enemigo de clase ‘secundario’.Después de todo, el objetivo de un socialista que combate al ‘enemigo principal’ no es fortalecer al ‘enemigo secundario’, que por secundario que sea es un enemigo de clase, sino aprovechar el debilitamiento del frente de clase en su conjunto que implica una derrota del ‘enemigo principal’, para acabar con la dominación de clase en general. En definitiva, en lugar de plantear alguna forma de oposición de clase al gobierno capitalista ‘secundario’, o de correlacionar la lucha contra el enemigo de clase ‘principal’ con la oposición a todo gobierno de clase de la burguesía,

Galasso dedica sus esfuerzos a amenazar a nuestros ‘pibes’ con futuros ‘pedrazazos’, es decir, a valerse de los Pedraza como muro de defensa del gobierno kirchnerista. Como ocurre en política con los francotiradores, Galasso se pone al servicio de todas las provocaciones. Precisamente, es una provocación, que Galasso no denuncia ni podría denunciar, el fallo que procesó a nuestros compañeros ferroviarios por “extorsión”, con motivo del corte de vías de Avellaneda, porque convierte a esa condición a cualquier demanda reivindicativa que se apoya en medidas de acción directa efectiva. CFK ha logrado su propósito inicial de criminalizar (código penal) a nuestro partido. Un juez que califica de ‘extorsión’ a una demanda dirigida a una persona ideal, no física, como el Ministerio de Trabajo, no pudo haber actuado de este modo sin que mediara una exigencia del poder político.

El más ‘célebre’ modo de uso de la tesis de la contradicción principal, la ofreció el partido comunista en 1976 cuando llamó a apoyar a la dictadura militar, con la consideración de que el ‘enemigo principal’ eran los Suárez Mason y Menéndez, caracterizados como pinochetistas, frente a Videla. Es el mismo método que aplica Galasso: fuera del análisis concreto de una situación concreta, siempre hay algún villano al que se puede imputar la condición de ‘enemigo principal’ y, por esta vía, absolver de culpas al enemigo que le sigue en jerarquía. En el ejemplo clásico de la revolución rusa, nadie puede cuestionar que el ‘enemigo principal’, durante 250 días seguidos menos dos, fue el gobierno kirchnerista ruso de Kerensky. Pero durante dos días, cuando el intento de un golpe militar de Kerensky fue usurpado por un golpe militar efectivo de la derecha monárquica de Kornilov contra Kerensky, los bolcheviques en esos dos días convirtieron a Kornilov en el enemigo principal, sin apoyar al kirchnerista Kerensky. La derrota de Kornilov preparó el derrocamiento de Kerensky. Lo mismo hicimos nosotros con Isabel. Durante dos años, combatimos al gobierno peronista que creó las tres A, produjo el navarrazo en Córdoba, liquidó a la izquierda peronista y asaltó la UOM y la ciudad de Villa Constitución – mientras el resto del arco político armaba un bloque, primero de los 8 y luego de los 9, para defender la ‘institucionalización’ contra un golpe militar. A partir de julio de 1975, con el nombramiento de Videla, produjimos un cambio de orientación, y levantamos la consigna “abajo el golpe”, mientras que los que antes advertían contra el golpe, ahora lo desechaban debido a la asunción de un ‘general democrático’. Pero mientras nosotros, Política Obrera, convertíamos al golpe militar en el ‘enemigo principal’, el gobierno de Isabel hacía lo contrario: atacaba como su ‘enemigo principal’ a los luchadores, y abría aún más, por esta vía, el camino para la victoria del golpe militar.

La ‘izquierda nacional’ dio todo su apoyo político al gobierno de Isabel y con ello a la política de capitulación frente a los golpistas. En el caso del gobierno de Illia fue incluso peor, porque el peronismo y la ‘izquierda nacional’ apoyaron el golpe de Onganía, sea en directo o con el llamado a ‘desensillar hasta que aclare’. La"izquierda nacional" y Ramos llegaron a pedirle una definición "nacional" a la dictadura ( “De la crisis argentina a un frente patriótico”, folleto de octubre 1978) y caracterizaron más tarde como "militares patrióticos al estilo de Perón" a Seineldín y Rico - éste milita hoy en las filas K. La ‘izquierda nacional’, que también apoyó al entreguista Frondizi y que sólo se opuso de palabra a la Libertadora, no tiene autoridad para darle lecciones al Partido Obrero.

Galasso aprovecha la ignorancia de su público para reivindicar un apoyo de la ‘izquierda nacional’ al 17 de octubre, lo cual es cierto para el periódico Frente Obrero, pero donde no estaba Abelardo Ramos, el cual en su revista Octubre lo caracterizó, por el contrario, como una lucha interburguesa (“un forcejeo por el gobierno dentro de las clases poseedoras de nuestro país…dentro del cual actuó dividido el proletariado”) (revista Octubre N° 1, noviembre de 1945). Abelardo Ramos no terminó al lado de Menem por casualidad; a Menem también lo votó Galasso en 1989 – siempre con el argumento del ‘enemigo principal’, el UCR Raúl Angeloz, y de la inmadurez de la lucha de clases para luchar por el desarrollo de una oposición de clase socialista. Los campeones de ocupar uno de los campos en disputa, rechazan hacer eso cuando se trata de la lucha de los Mariano Ferreyra contra los Pedraza – y se ponen por encima del muro hablando de un “enfrentamiento”.

Galasso sabe que, al menos en los 60, el más conocido divulgador del tema de las contradicciones, fue Mao Tsetung. Los divulgadores de Mao se encargaron de divulgar, a su vez, la especie del enemigo principal, cuya versión es de origen más antiguo, pues fue el eufemismo del stalinismo para justificar los frentes populares contra ‘la derecha’. Pero en ese opúsculo vulgar, Mao toma sus precauciones; dice por ejemplo que, en ciertas ocasiones, la contradicción secundaria podía transformarse en la principal. Sabía de lo que hablaba: en dos décadas de “guerra prolongada”, el ejército rojo de Mao había pasado 15 años en una guerra civil contra su ‘enemigo secundario’ – el nacionalista Kuomintang de ChiangKaisek; los otros cinco contra el militarismo japonés, aunque combinado con choques reiterados con sus rivales kirchneristas de China. Visto el resultado final – la victoria de la revolución china – se debe concluir que sin la guerra civil contra los nac& pop del Kuomintang las masas chinas hubieran terminado en la derrota. Mao desarrolló esta orientación en el peor momento de “la lucha de clases’ (como le gusta a Galasso), cuando tuvo que recorrer diez mil kilómetros a pie para escapar de sus perseguidores kirchneristas, o sea, los representantes de la burguesía nacional de China.

Puede ser que el gobierno de CFK esté ocupando el segundo lugar en la tabla de posiciones de los ‘enemigos’ de los explotados – con Macri o de De Narváez disputando el primero y segundo puesto con Duhalde. Pero a diferencia de éstos es el gobierno, es decir, el gerente de los negocios capitalistas y el encargado de proteger las relaciones de explotación existentes. Esto lo transforma de secundario en principal; un obrero no puede reclamar al pelirrojo o a Carrió, y sólo en un espacio limitado a Mauricio. El que no lucha contra el gobierno de turno no lucha contra el poder; orientar a las masas contra la oposición parlamentaria no les rendiría nada, por eso tampoco les interesa. Solamente en una crisis de poder se plantea la necesidad de distinguir a los campos que se disputan su resultado; en este caso, solamente en éste, hay que distinguir al enemigo, del enemigo de nuestro enemigo, y enfilar las baterías contra el primero – sin apoyar políticamente al segundo. La ‘izquierda nacional’, por el contrario, se ha integrado a uno de los campos burgueses de un modo estratégico, hasta la última gota de la cicuta – por eso acompañó a Perón, los bolivianos Paz Estensoro y Siles Suazo, los peruanos Haya de la Torre y Alan García, Frondizi, Isabel, hasta la completa capitulación de éstos ante el imperialismo. Siguiendo la metáfora de la niña de 20 años que Galasso quiere enamorar aunque a los 60 ella pueda quedarse sin dientes, los ejemplos advierten que mucho antes de desdentarse la damisela nacional y popular se convertirá en prostituta.

El kirchnerismo

El gobierno kirchnerista es el síndico de la quiebra de 2002: vino a pagar las deudas del menemismo y de la dictadura. O sea, a rescatar el capitalismo, no a transformar las relaciones sociales capitalistas que llevaron a la quiebra. No es menos cipayo sino más, el gobierno que paga la deuda usuraria, que aquél que la contrajo. Los K la renegociaron a partir de los niveles usureros que alcanzó en 2000/1, incluidos sus intereses. Fue el eje de la reestructuración capitalista del país, en los términos que lo dejó Duhalde-Lavagna. Mantuvo con fórceps (subsidios) el régimen de privatizaciones y todas las formas de trabajo precario y en negro. La Bolsa llegó al tope; se expandió la frontera territorial y financiera de la explotación latifundista de la soja. Galasso saluda la reestatización de las AFJP, pero sin la advertencia que hicimos nosotros – que sería usada para pagar a la usura internacional. La Anses es ahora una AFJP estatal, pues se rige por un sistema de capitalización, no de reparto, y el dinero se invierte en la compra de títulos de la deuda pública. Kirchner hizo lo que ningún capitalista hubiera imaginado en sus menores sueños: pagar la deuda externa al extremo de reducir su parte flotante, del 200% al 18% del PBI, mediante el recurso de enchufársela a la Anses, al Pami, a la AFIP y al Banco Central.

Se ha ejecutado la mayor confiscación económica del pueblo de toda la historia: el próximo default se lleva puesto, no a los acreedores extranjeros, que de todos modos siempre son rescatados, sino a los jubilados y a la moneda nacional. Gracias a esto, empieza ahora un nuevo ciclo de endeudamiento, que ha arrancado por las provincias y por el sector privado. Los capitales extranjeros invaden la Bolsa y los títulos públicos; esto significa, políticamente, que este es su gobierno – sin atarse las manos para cualquiera que ofrezca ir más lejos. Ningún capitalista quiere destituir a un gobierno al que le compra la deuda. Agreguemos a esto la ley antiterrorista que los K hicieron votar al Congreso a pedido de Bush, que proscribe a cualquier organización que se solidarice en forma efectiva con las luchas nacionales de otros pueblos; o el alineamiento con el sionismo frente a Irán – y vemos que Galasso está alineado con los peores intereses del imperialismo. Ah!, la ley de medios, volcada a los intereses de los pulpos de la telefonía y al alcahueterismo oficial de los que encubren a Pedraza; o la asignación por hijo, promovida por el Banco Mundial, que consolida un régimen de exclusión social por referencia al derecho al trabajo, y que pagan los jubilados de la Anses – y hasta por último algunas concesiones sociales o legales, sin las cuales un gobierno del gran capital no podría gobernar ni por un instante en un sistema democrático-electoral. El gobierno actual es el de los mayores pulpos mineros y petroleros y de los banqueros – los que más han lucrado con la valorización de la deuda pública; del gran capital financiero sojero-exportador; de las privatizadas; y del juego. ¿Por qué diablos un partido socialista no debiera combatirlo?

A Galasso le parece desacertado caracterizar el conflicto por las retenciones de soja como interburgués – quiere decir con esto que hacemos abstracción de cuál posición era más conveniente para el desarrollo nacional. Pues, precisamente, nuestra posición fue: ninguna. A la defensa de la tasa de ganancia agraria de los sojeros, de un lado, se opuso la defensa del pago de la deuda externa, del otro. El fracaso del gobierno en este conflicto, lo llevó a recapturar los fondos de las AFJP para evitar el default y pagar la deuda. Luego hizo lo mismo con las reservas del Banco Central; no existe una posición progresiva entre la renta agraria y la renta financiera.

A Galasso lo atormenta, sin embargo, la reelección. ¿Che, Altamira, querés que ganen los Duhalde-Macri? “No te enojés si te lo dicen”, agrega, con ese histrionismo recogido de los bajos fondos. Es el penúltimo bastión argumental de los Galasso. Pero si CFK pierde no será por los recursos que exhiben sus ‘destituyentes’ ni por el Partido Obrero – sino porque es ‘funcional’ a los Pedraza, a los banqueros, a los pulpos mineros, etc., y a la desorganización económica que resulta de jugarse por esos intereses. Pero ¿qué sería la reelección de Cristina, Galasso? Sería la reelección del protector de los terratenientes bonaerenses, Scioli; de los Gioja, los Insfrán, de los representantes del gran capital automotriz y de la enseñanza religiosa, como los Schiaretti o hasta la ‘rentrée’ de Reutemann. Estos derechistas sin recuperación, se convertirían en los sucesores de CFK. Nadie que no haya caído en una profunda bancarrota política puede plantear una línea como la de Galasso.

El Partido Obrero

El último argumento de Galasso es que “la lucha de clases” (Galasso insiste en esta expresión cuanto más aboga por la colaboración de clases) no ofrece ninguna oportunidad a la izquierda; hay que conformarse con lo que hay. Los kirchneristas no van más lejos, porque la ‘lucha de clases’ no da; la culpa no la tiene ninguna fuerza política, sino la abstracción ‘lucha de clases’. Pero si este es el caso, ¿qué le están ofreciendo a esa ‘juventud maravillosa’ que acaban de descubrir los colegas de Galasso, de Carta Abierta? Resignación, acomodamiento, cooptación, corruptela y cinismo político. Galasso tuvo la muy mala suerte de vender su carne podrida contra Altamira y el PO cuando las masas bolivianas se estaban alzando contra el gobierno kirchnerista de Bolivia, que acaba de adoptar el programa de la derecha y recibir su apoyo político. Pero este alzamiento, como otros tantos en Europa y en Asia, son la expresión de la tendencia de los explotados frente a la bancarrota mundial del capitalismo, que se desarrolla a la vista de todos, provocando una degradación social sin precedentes. En estas condiciones históricas, que necesariamente comportan una transición entre situaciones no revolucionarias y revolucionarias, nuestro partido desarrolla una organización obrera y socialista, que sería imposible sin el desenmascaramiento del ahora sí definitivamente desdentado nacionalismo burgués. ¿Por qué el gobierno ha puesto en marcha todos los recursos del Estado, incluidos los paraestatales de la patota, por un lado, y de los escribas cortesanos, por el otro, contra nuestro partido, el Partido Obrero; por qué nos han convertido en su ENEMIGO PRINCIPAL , si no es, precisamente, porque temen como a la muerte la emancipación política de la clase obrera?

ABAJO EL PACTO CFK-PEDRAZA, fuera la patota de los ferrocarriles y de los sindicatos.
Juicio y castigo a TODOS los culpables del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra.


TE REITERO, PENSALO ALTAMIRA, ES MUCHO LO QUE ESTÁ EN JUEGO
Por Norberto Galasso

Te contesto, pero este será mi último mensaje, porque carece de sentido un diálogo entre sordos. Yo intenté hacerte una advertencia, llamarte a la reflexión, respetuosamente, casi fraternalmente. No te dije que objetivamente actuabas como un agente de la CIA, ni que estabas vendido a Magneto y la Sociedad Rural. No. No lo pienso así y tampoco te lo dije. Te hablé como a un compañero al cual uno le sugiere que proceda con sensatez -con sensatez revolucionaria, se entiende- teniendo en cuenta las experiencias de la Argentina y del Mundo así como los planteos de los grandes teóricos. Tampoco te dije: “-Dejate de joder contra el gobierno porque los vas a traer a Macri y a Duhalde al poder y nos embromaremos todos, incluso el Partido Obrero. Solamente, alerté, como se le aconseja a un amigo: “-Che, dejá de fumar porque te hace mal y el humo nos perjudica a todos”. Eso, solamente. Ante esto, vos me contestaste enojado como si no tuvieras argumentos: “bajeza”, “pozo de inmundicia”, “caradurismo”, “desvergonzado embuste”, “provocador”, “encubridor”, “con histrionismo recogido de los bajos fondos”, “profunda bancarrota política”, “resignación”, “acomodamiento”, “cooptación”, “corruptela”, “cinismo político” y “vendedor de carne podrida”. ¿Qué tal?

Yo te hablé de movimientos nacionales en América Latina, del irigoyenismo, del peronismo, de la izquierda nacional, del peligro de una nueva “Unión Democrática” como las del ‘45 y ‘55, del peligro de desestabilizar a un gobierno que no es el enemigo principal. Y vos me contestaste hablándome de Kornilov, allá lejos en el tiempo y en el espacio. ¿Y que querías que hiciera, entonces? Me fui al café de la esquina de mi casa y le pregunté a algunos conocidos. Nadie sabía nada de Kornilov, hasta que un parroquiano me dijo: “-Mire, yo creo que ese tipo era el volante izquierdo del seleccionado ruso, años atrás”. (Después, en serio, vamos a hablar de Kornilov). Pero ahora quiero insistirte en nuestro desencuentro. Yo te escribí, por abajo, multiplicando el mensaje a través de correos electrónicos. Y fijate una cosa, yo, que según vos estoy “degradado”, “apoyando al oficialismo”, no conseguí que mi carta la publicara ninguna revista, ni diario oficialista o semioficialista ( Ni Tiempo Argentino, ni Veintitrés, ni Página 12) y sólo fue mencionada en 6/7/8 y leída en Radio La Voz de las Madres. Seguramente me dirás que la publicaré en Señales Populares así como vos publicarás la tuya en Prensa Obrera. Pero lo más interesante es que vos – tremendo izquierdista- llegaste con tu carta cabalgando en los “pura sangre” del periodismo conservador: el 14 de noviembre último, la tribuna de doctrina mitrista, es decir, el diario La Nación, te hizo un reportaje que empieza en tapa y ocupa luego toda la página 3, con este título: “El gobierno le teme a una oposición de izquierda” y este subtítulo: “El máximo referente del Partido Obrero habla de las responsabilidades políticas en el asesinato de Mariano Ferreyra, de los vínculos espurios entre la policía y los ferroviarios y de la ambigua voluntad del kirchnerismo para investigar el crimen y depurar de patotas al sindicalismo”. La oligarquía te aplaude, Altamira. Esa vieja prostituta del periodismo te usa ¿comprendés? Te aplauden y te usan. Más aún, en el artículo se afirma que “el Partido Obrero crece y hasta sus artículos son publicados en diarios como La Prensa, por ejemplo”. ¡La Prensa! ¿Qué opinaría Trotsky de semejante suceso? Lamentablemente se ha fundido Selecciones del Reader Digest porque si no fuera así también podría publicarte otra catarata de elogios.

Te acordás de ese artículo, ¿no es cierto? Suplemento Enfoques de La Nación (14/11/2010), reportaje de Ricardo Carpena. El periodista te elogia, te elogia mucho, Altamira, demasiado: “Altamira me pareció inteligente, agudo, profundo, con un discurso más amplio y distinto del de muchos ‘profesionales’ de la izquierda criolla. Es curioso o no, que él y otros dirigentes del PO desfilen por tantos medios a raíz del crimen de Mariano Ferreyra, pero no en medios oficialistas. Tiene razón en que el kirchnerismo ha ubicado intencionalmente al PO en el extremo izquierdo de su ring. Me sorprendió cuando habló de los cambios en su agrupación con cierta dosis de autocrítica”. Esta bendición a mí me produciría insomnio, ¿qué querés que te diga? Y vos le correspondiste bien al matutino reaccionario: “-Si hay un partido que maneja los matices es el nuestro...”. Y agregaste: “-El tema principal de hoy es mostrar otro punto: es falso que el país esté ante una alternativa Kirchner-oposición de derecha”, es decir, manifestaste justamente lo que el mitrismo le dice a los sectores de clase media que aún creen en el periodismo independiente: no hay que votar al kirchnerismo por temor a que gane la derecha, no, hay muchas opciones progresistas. Faltó sólo que lo avalaras más expresamente: la alternativa es que siga el horrible kirchnerismo o volver al buen camino de las instituciones de la democracia semicolonial , como antes, en los buenos tiempos del 2002 o mejor, mucho antes, de 1943.

En otra parte del reportaje, estuviste mal, muy mal, al referirte a la muerte de Néstor: “No soy psicólogo, pero si una persona sufre un golpe y ve una salida, no tiene un ataque al corazón. El ataque al corazón es porque no ve una salida”. La muerte no resulta, entonces, de un exceso de militancia por arterias debilitadas, sino de quien se lastima a sí mismo con motivo de su impotencia política. ¿Cuántos pibes pelotudos fueron a la plaza a rendirle homenaje, no es cierto? ¿Cuántos argentinos tarados no se dieron cuenta que no se había jugado la vida por sus convicciones, sino era nada más que algo así como un suicidio para no mostrar su incapacidad o su cobardía ideológica? ¿Cuánto latinoamericano imbécil se conmovió, como el comandante Chávez o Lula o Evo o Correa y tantos otros “populistas” que carecen de tu finísima capacidad psicológica para desentrañar la causa de la muerte de Néstor?

En fin, pero no sólo ocurre que La Nación y La Prensa entienden que el PO es necesario y cumple una función que a ellos les interesa mucho, por lo cual es conveniente que crezca y tenga más fuerza para desestabilizar al gobierno, sino que además uno de tus hombres más importantes –Ramal- participa, poco tiempo atrás, en un almuerzo de Mirtha Legrand junto a otros “izquierdistas” enemigos de Cristina, como Vilma Ripoll y Pino Solanas. Vos habrás visto la escena y quizás te regodeaste íntimamente, pero sentarse a almorzar con esa anciana que se proclama “rubia por dentro y por fuera”, que se fotografió con Astiz y se pasó la vida asustando a su público con que “se vienen los zurdos” y presenciar como el cocinero, con su delantal blanco y su gorra, anunciaba el menú “para los señores” y luego la camarera, también con delantal, servía respetuosamente esas comidas raras propias de “gente bian”, ¿no te parece incompatible con la revolución socialista? ¿No te resulta una grave inconsecuencia?

Y hay más todavía -la frutilla del postre-: vos mismo fuiste luego a Palabras más, palabras menos y te ganaste la admiración de Ernesto Tenembaum y éste te dedicó dos páginas enteras en Veintitrés (2/1/2011). Elogios y más elogios de quien se titula “periodista socialdemócrata” y admite practicar “cierto cinismo” y te pone por las nubes, Altamira. A mí, te digo, me resulta escandaloso. Te lo digo reprimiendo palabras gruesas porque no quiero perder la línea, pero si me ocurriese a mí –ni dios ni el diablo lo permitan para desgracia de este ateo- reflexionaría profundamente acerca del rol que estoy jugando en este momento de la Argentina, tal cual te lo referí en mi anterior carta.

Te lo repito, ahora: estás en un juego muy peligroso, no te creas que te levantan por tu sapiencia. Lo hacen por tu perseverancia en el error. Te lo digo sinceramente y no me vengas con que te envidio el reconocimiento de La Nación, La Prensa y Tenembaum. “Si el sabio no aprueba, malo/ si el cerdo aplaude, peor” como me enseñaba mi pobrecita maestra de tercer grado que creía que Mitre era un demócrata y seguramente nunca había oído hablar de Mariano Fragueiro, ni de Osvaldo Magnasco.... ¡Y la Legrand! que es mucho más peligrosa de lo que parece porque aunque sea ignorante, como señala Luppi, sabe adónde apunta y a quien sirve ( Y de paso: ¡Grande Federico Luppi!, y ¡Grande también Esther Goris y Florencia Peña! y ¡grande! también el Chino Navarro, que les cantaron las cuarenta a todos estos “periodistas independientes” del pueblo y dependientes de los monopolios, como los Grondona y el estreñido Nelson Castro). ¿Qué vas a hacer, Altamira? Cada uno conserva sus pequeños orgullos: el mío es no haber estado nunca en el programa de Grondona, ni en los almuerzos de la Legrand. Por conducta, ¿sabés? Por decisión política. . E inclusive trato de no verlos en pantalla, por razones de higiene mental.

Pasando a otro tema, por si no te diste cuenta, aquí se está jugando el destino de la Argentina y de la América Latina toda, por muchos años y a mí me interesan mucho los derechos de los trabajadores ferroviarios, pero no creo que la lucha de clases pase, como contradicción principal, entre el PO y Pedraza. Uno de tus compañeros me ha mandado un correo según el cual “Pedraza es el enemigo principal” y vos dedicás tres páginas de tu respuesta a aplicar el mismo criterio: “Galasso no pronuncia ... la patota de Pedraza”. No, mi viejo, ¡trampitas no!. El 22 de octubre, nuestra Corriente Política Discépolo dio una declaración que apareció en Señales Populares de noviembre denunciando el asesinato de Ferreyra y exigiendo “sancionar duramente a los responsables, sin concesión alguna”. ¿O vos leés solamente Prensa Obrera? Allí dijimos también: “Cuando un movimiento nacional y popular, como el peronismo, se desbarranca por un tiempo en la degradación -como ocurrió durante el menemismo- por importante que sea la recuperación, quedan siempre elementos residuales en el sindicalismo -hoy minoritarios- en los que continúan los vicios de burocratización, corrupción y patoterismo”. Por supuesto, esto no significa que la lucha de clases en la Argentina se exprese en la antítesis Pedraza-Partido Obrero, lo cual es un disparate teórico. Me acuerdo de lo que contaba Jauretche: un hombre honestísimo y combativo como Jorge del Río, especializado en la cuestión del servicio eléctrico, tenía cierta dificultad para entender plenamente al peronismo del ‘45 porque Perón -que había estatizado una franja enorme de empresas- no había expropiado a la empresa CADE. Y Jauretche le decía fraternalmente: “-Pero, la historia argentina no se puede ver a través del ojo de la cerradura de la CADE. Es mucho más amplia y compleja”. Asimismo hoy, con todo lo doloroso del episodio que provocó la muerte de Ferreyra, la lucha de clases se despliega también de una manera más amplia y compleja: los sectores oligárquicos temen que Cristina les gane en primera vuelta y que se aplique a fondo la Ley de Medios y la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas y hasta el control de costos por las comisiones internas de fábrica y que se una América Latina en perjuicio del imperialismo, y no encuentran el candidato con el cual engañar a los sectores medios para ir a segunda vuelta y juntarse todos contra Cristina.

El país se parte, otra vez, como siempre, ahí está la cuestión, porque hay proyectos en pugna y uno de ellos favorece las condiciones para el progreso popular y el otro, no. El otro quiere volver atrás. Y entonces yo me entusiasmo y te hablo de Evo Morales y vos lo negás a Evo que enfrenta a los reaccionarios de “La media luna” y a los poderosos intereses externos y tus compañeros ponen un gran cartel en la puerta de la Facultad de Filosofía y Letras: “García Linera no es persona grata porque es un traidor”. Me asombró tanto que le pregunté a una chica: -¿Qué es Evo para ustedes? -Un fascista, me contestó . ¡Pobre Trotsky! me dije, recordando aquello de Marx: “sembré leones y coseché pulgas”. Y te hablo ahora de Correa que denuncia la acción negativa, en su país, de la que llama “izquierda boba” y salto de júbilo porque Fidel está mejor de salud. Y porque el PT continúa al frente en el Brasil y porque Chávez continúa expropiando y hablando del socialismo del siglo XXI . A vos todo eso te parece poco, insuficiente, indigno de tu atención, inclusive te molesta porque te hace más difícil criticar que cuando estaban los gobiernos neoliberales.

Y vos venís con Pedraza y con Kornilov. No le resto importancia a ninguna de las dos cosas que planteás, pero opino simplemente que en el primer caso los trabajadores son los que van a renovar su conducción gremial, así como ha sucedido ya en otros gremios porque quiero suponer –ahora que decís que ustedes contemplan los matices- que comprenderás que hay distintas corrientes en la CGT actual, como también en la CTA. Con respecto a Kornilov creo que te falla el almanaque: no estamos en octubre, Altamira, ni siquiera estamos en febrero, ni somos el partido bolchevique, ni el gobierno es Kerensky y tampoco hoy Kornilovs a la vista. Si nos cuesta entender, a vos y a mí -seamos francos- la correlación de fuerzas, el nivel de conciencia política de los trabajadores, la posición de los empresarios de capital nacional, el fenómeno sojero, con el glifosato y Monsanto atrás y las exportadoras multinacionales, si estamos saliendo de una derrota terrible y nos faltan cuadros de 40 años a 50 años porque han sido masacrados, no me vengas con recetas de un país lejano, en un tiempo lejano, sobre el cual conocemos bastante poco como para aplicarlas a nuestras especificidades argentinas y latinoamericanas. Por otra parte, para impedir el golpe de Kornilov es evidente que los bolcheviques debieron coincidir -desde su propia perspectiva y aún tapándose las narices- con Kerensky, que no era lo mismo que Kornilov: “No, no ha llegado el momento. Apoyad el fusil sobre el hombro de Kerensky y disparad contra Kornilov. Después, ajustaremos cuentas con Kerensky” ( L. Trotsky; Historia de la Revolución Rusa, tomo II, p. 165, edit. Sarpe, 1985).

Así también los comunistas chinos debieron coincidir temporariamente con la burguesía china: “Chiang Kai-Shek es un opresor de los obreros y campesinos chinos y no tenemos necesidad de que se nos lo recuerde. Pero hoy día está empujado, a pesar de su mala voluntad, a hacer la guerra al imperialismo japonés, por los restos de la independencia China. Mañana puede traicionar nuevamente. Es posible. Más, más, ¡es inevitable!. Pero hoy hace la guerra: la no participación en esta guerra es cosa que sólo pueden hacerlo los cómodos, los canallas o los imbéciles completos ( León Trotsky). Proceder de otro modo es desconocer la dialéctica y convertirse -¿te suena este calificación?- en “El gran organizador de derrotas” (L. Trotsky, 1928).

Con respecto a la “izquierda nacional” señalás: “-Galasso aprovecha la ignorancia de su público para reivindicar un apoyo al 17 de octubre, lo cual es cierto para el periódico Frente Obrero, pero donde no estaba Abelardo Ramos, el cual, en su revista Octubre lo caracterizó, por el contrario, como una lucha interburguesa (‘un forcejeo por el gobierno dentro de las clases poseedoras de nuestro país, dentro del cual actuó dividido el proletariado’)” (Octubre Nro. 1, noviembre 1945). Aquí incurrís en una picardía, porque la revista Octubre Número 1 estaba sepultada en el olvido hasta que la exhumé hace casi tres décadas en El Fip y la Izquierda nacional (CEAL, 1983) precisamente para asumir la correcta tradición de Frente Obrero, que Ramos asume luego, en 1946. Celebro que me leas y me sorprende gratamente, aunque no saques las conclusiones correctas. Sin desconocer los méritos de Ramos en sostener y divulgar posiciones de izquierda nacional, rompí con su organización en 1971, ante ciertos desvíos que luego se fueron agravando hasta su vinculación al menemismo, razón por la cual no me hago cargo de las imputaciones que me tirás sobre la mesa. La Izquierda Nacional, iniciada con Frente Obrero, es más amplia que Ramos lo cual –por eso que hablamos antes, de la chica de quince que termina arrugada y fulera a los noventa– no significa que olvidemos sus virtudes juveniles- en este caso, especialmente Revolución y contrarrevolución en la Argentina (1957), de la buena época de Abelardo. .

Te contesto porque soy hombre de paciencia, pero lo hago por última vez porque ya no hay posibilidad de polémica y vos mismo reconocerás que gastaste todos los improperios.

Te contesto, un poco de mala gana, porque rebajaste el nivel del cambio de ideas, probablemente porque vos tenés la táctica y la estrategia perfecta, correcta, sin la más mínima fisura y no estás dispuesto a moverte una línea de lo que venís haciendo desde hace décadas aunque el resultado, según los cómputos electorales y la incidencia real sobre los trabajadores, no ha sido muy exitosa que digamos.

Y te reitero, pensalo. No te pido autocrítica de todos los errores cometidos, sino que analices adónde nos pueden conducir hoy errores como los tuyos y de otros como vos. Pensalo, te digo nuevamente. Mirá que si la derecha te usa una y otra vez, si seguís apareciendo –te falta Morales Solá, me parece- si seguís apareciendo mimado por los medios de comunicación oligárquicos, aunque yo no creo en fantasmas, se te va a aparecer una noche el fantasma de León Trotsky y te va a decir: “A mí me partieron el cerebro con un zapapicos, ¿a ustedes cómo les partieron el cerebro?”

Te saludo repitiendo tu consigna: ¡Juicio y castigo a todo los culpables de Mariano Ferreira! ¡Fuera las patotas de los ferrocarriles y de los sindicatos en los cuales aún subsistan!. Y agrego otra: ¡Por el triunfo de Cristina Kirchner en primera vuelta, que abre el camino hacia la profundización de un proceso de cambio a favor de la unificación latinoamericana y el avance de la clase trabajadora!



GALASSO REINCIDE

Respuesta a la segunda carta pública de Norberto Galasso, difundida el 15 de enero de 2011
Por Jorge Altamira

Norberto Galasso cierra su ‘segunda carta a Altamira’ con un mensaje conmovedor: “Te saludo repitiendo tu consigna: ¡Juicio y castigo a todos los culpables de la muerte de Mariano Ferreyra! ¡Fuera las patotas de los ferrocarriles y de los sindicatos en los cuales aún subsistan!”

No todos los lectores advertirán, sin embargo, la doble superchería de este ‘happy end’ nacional y popular. Por un lado la superchería moral – porque yo no hablo en mi texto de la “muerte” de Mariano sino de su “asesinato”, y porque tampoco condiciono la expulsión de las patotas a “los sindicatos en que aún subsistan”. Galasso falsifica mi texto. “Mi consigna” dice otra cosa: “Abajo el pacto CFK-Pedraza, fuera la patota de los ferrocarriles y de los sindicatos”. El pacto en cuestión tiene como protagonistas al gobierno, a la burocracia y a los empresarios amigos en la gestión de los ferrocarriles, incluido el estratégico Belgrano Cargas, del cual depende en gran parte el futuro del corredor sojero. La burocracia de Pedraza está involucrada en el crimen de Mariano, de modo que no puede haber “juicio y castigo a todos los culpables”, si el gobierno no procede a expulsar a la burocracia de la gestión ferroviaria y a liquidar el propio pacto mediante la asunción integral de esa gestión. Las patotas sindicales u oficialistas de otro tipo no son, por otro lado, una rémora en extinción, como lo sabe Galasso perfectamente; la patota de Fernández-Capaccioli que atacó a los trabajadores del Hospital Francés; o la de Fernández-‘Caballo’ Suárez que agredió a los del Casino; o el elenco estable del gobierno de Santa Cruz, la patota de la UOCRA, que apalea a docentes, estatales y trabajadores de comercio; la policía de Insfrán que mata a campesinos Qom. ´Caballo’ Suarez ha sido premiado por sus quehaceres, por parte del gobierno, con una empresa marítima semi-estatal. Con un burocracia empresaria y estatizada es muy difícil que los sindicatos sean un arma de defensa de los trabajadores o una escuela de formación de su conciencia de clase; en realidad cumple la función estratégica de maniatar la acción de la clase obrera y poner a los sindicatos como una rueda de apoyo del estado capitalista. Lo que según Galasso “subsiste” o, como dice en otra parte, “quedan elementos residuales”, no sólo es lo que domina en los sindicatos sino que ha sido a lo largo de la historia una gangrena de todo el movimiento obrero. Que Galasso se atreva encima a adulterar mis expresiones escritas, define el estilo servicial de su ‘carta’ para con el oficialismo (que por supuesto nunca me llegó directamente sino a través de la profusa red mediática del kirchnerismo, o sea del Estado, en la red). Galasso la adulteración de nuestros conceptos con una injuria de calibre, porque aludiendo al asesinato de Trotsky, nos pregunta: “¿a ustedes cómo les partieron el cerebro?”. Esto, pocas semanas después de que los Ramón Mercader de la burocracia asesinaran a Mariano Ferreyra e intentaran lo mismo con Elsa Rodríguez y dos compañeros más. Con esa afirmación, Galasso se ha cubierto con un mar de mierda, porque mientras él apoyaba al gobierno isabeliano de las tres A (“para profundizar un proceso de cambio a favor de la unificación latinoamericana”, con las misma palabras que usa para referirse al que apoya ahora), nosotros estábamos entre sus víctimas, secuestradas y asesinadas por la Triple A.

El embuste político de Galasso emprende otro andarivel, más allá de estas falsificaciones y de la provocación. Muy bien tu consigna, Altamira, pero no la divulgues, mantenela en secreto, no se la cantes a Tenembaum, ni a Julio Blank, ni a Cárpena. No vayas a lo de Mirta, donde el matrimonio K hizo su debut presidencial, menos a lo de Grondona, en el cual el ‘Chino’ Navarro, ultra K, es abonado a platea, menos a lo de Morales Solá, la tertulia preferida de una gama inifinita de funcionarios y alcahuetes Ks. Más allá de que ninguno de estos me han invitado, los que sí lo hicieron (más por menos, código político) tenían, en los bloques precedentes o posteriores al mío, a ilustres K, como el gobernador Capitanich (que en las previas compadreaba con Van der Kooy sobre la suerte de Ñuls), o a Ricardo Forster, que como buen filósofo denunciaba las expulsiones de los campesinos santiagueños de sus tierras sin pronunciar, ni una vez, el apellido del gobernador kirchnerista, Zamora. Galasso dice, sin el menor pudor, que todo esto, o sea la visita de los K a los canales ‘destituyentes’, está muy bien, porque estos personajes “van a cantarles las cuarenta” a sus anfitriones, olvidándose de que él mismo afirma que no iría “por higiene mental”. Si para Galasso el Chino puede codearse con Grondona, al que llama sin ninguna vacilación “doctor”, abrumado por el trato de lujo que recibe de parte de Grondona, la acusación de que nosotros, con la asistencia a programas ‘opositores’ estaríamos legitimando a un periodismo pretendidamente independiente, es un embuste; a todos lados, nosotros vamos con nuestras posiciones –las mismas por las cuales el Comité Nacional del PO fue preso, enterito, bajo Alfonsín, y yo mismo fui arrestado en la Casa Rosada. Un reportaje de La Nación, en noviembre pasado, el primero desde el que nos hiciera en abril de 1989, le alcanza a este enemigo del cigarrillo para proclamar que le hacemos el juego a los Mitre. Algunos artículos en La Prensa (antes publicados en Prensa Obrera, o sea extraídos de Prensa Obrera, y en numerosos blogs), no sobre el crimen de la patota oficial sino sobre la crisis capitalista internacional, son también objeto de censura; deberíamos entonces dejar de sacar nuestras propias publicaciones. Galasso nos quiere poner un bozal –siempre, claro, como un “amigo que advierte”. Los únicos que pueden aparecer “en la prensa de la derecha” son los kirchneristas. Galasso, sin embargo, se desentiende de un detalle: los medios oficialistas no nos invitan. Nos atacan sin que podamos replicarles. Son el paradigma de la cobardía política. Los adalides de la democratización de la palabra nos cercenan esa palabra. La semana pasada, radio Nacional leyó entera, en Córdoba, la primera carta de Galasso, pero no quiso hacerlo con la nuestra, hasta que fue forzada por la repetida exigencia de los oyentes. Esta es la ley de medios de Galasso y los K. El bozal al PO y a la IV Internacional y a cualquiera que tenga una posición combativa políticamente independiente. Un medio oficialista estatal que no se atreve a debatir, desafiar o enfrentar, en paridad de condiciones, con un militante o partido popular, queda reducido a una confesada camarilla de alcahuetes.

La consigna fundamental de la carta de Galasso, como de la anterior, es una amenaza (“Dejate de joder contra el gobierno…”), de las del tipo que hace Pedraza. Galasso tuvo que enterarse, dice, por sus amigos de café que Kornilov (el general que inició un golpe de estado para ahogar en sangre la revolución rusa) es un delantero de la selección rusa, aunque también podría serlo de Bielorusia o Bulgaria. Si sus amigos, en cambio, le hubieran hablado de la selección argentina, se habría enterado que Carlitos Tevez grabó un video de apoyo a la lucha del PO por Mariano, que fue pasado en Plaza de Mayo y por varios canales, aunque ninguno debe haber sido oficialista. Tevez hizo algo que a Galasso ni se le hubiera ocurrido: poner el cuerpo en una lucha popular.

Jauretche tenía razón cuando decía que para caracterizar al primer gobierno de Perón, el hecho de que no nacionalizara la Chade (cuyo contrato de servicio eléctrico había sido prorrogado por medio siglo por un Concejo Deliberante de mayoría radical, en 1938) era secundario –aunque ilustraba la dependencia del gobierno peronista del capital europeo; gran parte de las nacionalizaciones de Perón fueron elaboradas antes por el Foreign Office y Lord Keynes. Pero Galasso se equivoca cuando dice lo mismo del crimen de la patota de Pedraza, el cual no considera “una contradicción principal” de la situación política. Sí lo es, porque denuncia una estructura de poder que tiene como base insustituible a la burocracia sindical y a la regimentación del proletariado. Para un socialista es lo fundamental, porque se trata de la independencia de clase de la clase obrera, de la expulsión de los agentes de la patronal de las organizaciones construidas por los obreros. De otro modo, ¿cómo pretende Galasso apoyar a los gobiernos de la burguesía nacional desde una posición, según dice, independiente? La posición independiente de Galasso es un eufemismo; la usa para cotizar mejor, volviendo al fútbol, en el mercado de pases del oficialismo. El carácter históricamente progresivo del peronismo solo tiene que ver parcialmente con sus medidas nacionalistas o sociales (por eso la referencia a Jauretche); está determinado, en lo fundamental, porque despertó a la vida política a la gran masa de trabajadores que estaba fuera del movimiento obrero de la época, aunque lo hizo con sus propios métodos – regimentadores o bonapartistas, y la creación de una burocracia sindical estatizada. Perón fue volteado por la Libertadora para terminar con ese protagonismo combativo de los trabajadores, para acometer los planes de ajuste que el propio Perón había anticipado en el Congreso de la Productividad. Los movimientos nacionales de contenido burgués capitulan ante el imperialismo, desde Chiang Kai sek hasta Perón, cuando pierden o están por perder el control de los trabajadores, su capacidad para contenerlos. Ya que citaste a Trotsky, quien ya jugaba en primera en la época de Kornilov, te recuerdo que sostenía que la opresión nacional del imperialismo agudiza, y no atenúa, la lucha de clases al interior de la nación oprimida (cito de memoria un texto sobre China, sin comillas), o sea que el destino de la lucha contra el imperialismo depende de la capacidad de iniciativa independiente de los explotados – no de la supeditación de estos al ‘movimiento nacional’. Para que la clase obrera pueda jugar un rol decisivo en las luchas nacionales (y no ser el chivo emisario de las capitulaciones y derrotas) debe ocupar una posición independiente, autónoma, en definitiva organizarse en partido propio- lo contrario la condena al puesto de furgón de cola.

Después del asesinato de Mariano, el gobierno, pero aún más que él sus escribas, se empeñaron en responsabilizar por el crimen a nuestro partido –porque como dice una charlatán en Tiempo Argentino, la semana pasada, romper con Pedraza significaría, para el gobierno, provocar su propia desestabilización. Es decir que CFK sería incapaz de apoyarse en los obreros ferroviarios, que cada vez más votan contra Pedraza, para neutralizar el sabotaje de la patota. Vamos con la patota, entonces Por esto mismo, este gobierno que no rompe con Pedraza, aplica el delito de extorsión contra nuestros compañeros ferroviarios que luchan por reivindicaciones fundamentales para el conjunto de la clase obrera, que se encuentra tercerizada en cerca de un 40%. La ministra ‘progre’ de Seguridad, la misma que hizo ascender a un jefe de Inteligencia del nefasto batallón 601, ordena que se les impute a esos obreros el delito de extorsión – un ataque al derecho laboral de reivindicar y un encubrimiento de las extorsiones del ministerio de Trabajo (ver Garzón Maceda, asesor de la burocracia sindical, en Clarín). Por eso tampoco investigan el rol de Pedraza en los desmanes de la estación Constitución, ni los lockouts ferroviarios que lanzaron para que liberen a sus ‘detenidos’. La conmoción que creó el crimen contra nuestro compañero Mariano no fue motivada por un hecho de sangre cometido contra un joven ejemplar, sino por su contenido político –otra vez, como en los 70, por la disposición de la burocracia de recurrir al asesinato para mantener el doblegamiento de los sindicatos a las patronales y al Estado. Esta necesidad de preservar el sometimiento de los sindicatos explica la continuidad del pacto gobierno-patota ferroviaria –empresarios, más allá de negocios jugosos. Nosotros, como socialistas, oponemos esta contradicción como fundamental, al intento de la burguesía, y de vos especialmente, de que los explotados deban elegir entre alguno de los bandos de sus enemigos de clase. Según Galasso, mi afirmación, a La Nación, de que “es falso que el país esté ante una alternativa de Kirchner-oposición de derecha” (transcribo la cita de Galasso, sin haber tomado la precaución de verificar su autenticidad), sería la posición del ‘mitrismo’. Es al revés: K y anti-K (y vos) sostienen que la pelea principal pasa entre ellos, que la izquierda y la clase obrera que lucha deben limitarse a balconear.

Galasso, lo sabés de memoria: las diferencias entre K y sus opositores no son de principio, sino de grado -¡y no en todos los casos con ventaja del gobierno!-. Defienden la propiedad privada de los medios de producción, el monopolio capitalista y el orden internacional que es el producto de ese monopolio capitalista. ¿Qué escribiste en tu revista cuando recientemente Argentina participó en las operaciones del Comando Sur para ‘proteger’ el canal de Panamá –en las cuales solamente no participaron Venezuela y Bolivia? Porque vos sabés que todo esto va contra Chávez e incluso Ortega, o sea contra el nacionalismo latinoamericano, que incluso quiere crear un canal interoceánico independiente por Nicaragua. Lo ocultaste, seguramente. CFK con el imperialismo contra el movimiento nacional latinoamericano, ¿no te hace levantar la ceja? ¿Por qué no me pedís que censure esta denuncia para no afectar al gobierno K? Esto no es la Chade, esto define a un gobierno como pro-imperialista. ¿Y la ley antiterrorista, pactada con la CIA? Este es el gobierno de las mineras que destruyen el nordeste, matan de cáncer a Andalgalá y saquean a Argentina. El de las petroleras, de los Cargill, de la UIA, de los usureros que lucran con la deuda pública que están comprando a montones. ¿Vos viste, Galasso, alguna vez, conspiraciones del gran capital (que son las que importan), mientras la cotización de la deuda del país sube de a tres dígitos? El capital financiero internacional está votando por CFK con sus dólares ¿Sabías, Galasso, que los gobiernos del Mercosur firmaron un tratado de libre comercio con Israel, lo cual ya ha llevado a la compra de empresas militares brasileñas por parte de capitales yanqui-sionistas? Viva Lula, el que hizo de Brasil un paraíso del capital nacional e internacional.Vamos con esta causa nacional. ¡Vamos con la victoria en primera vuelta! ¡Sacrifiquemos la posibilidad de un desarrollo electoral de una fuerza socialista que se apoya en la lucha por la independencia de la clase obrera, juguémonos por la reelección de una de las variantes del capital financiero! Claro, Galasso, que no estamos en 1917 –lo contrario es lo que sostenés vos, que sos un tremendista a medida, cuando decís que el mundo se juega el próximo octubre. Nosotros tenemos una postura más mesurada: desarrollar una alternativa política socialista. Te voy a pedir un consejo, Galasso, aunque sé que no me lo vas a dar porque la tuya es la última carta: ¿qué nos aconsejás que hagamos en Catamarca, el próximo marzo: votar por el agente de pantalones de los pulpos mineros, el radical Brizuela, o hacerlo por la que viste polleras, Corpacci, de manera que los K que controlan el YMAD-Aguas del Dionisio, puedan reconvertir las instalaciones de La Alumbrera, en proceso de agotamiento, en beneficio de Agua Rica, creando así un pulpo destructor de glaciares, público-privado, superexplotando a los obreros y llevándose toda la guita al exterior? ¿Te parece que debiéramos votar por uno de los dos candidatos del trabajo esclavo en los olivares o viñedos de Catamarca? Nosotros, modestamente, ya hemos reunido, en las nacionales de 2009, los votos necesarios para uno o dos legisladores provinciales. ¿No sería mejor que intentáramos, en marzo próximo, conseguir esos legisladores, presentándonos como un frente de lucha contra los pulpos imperialistas en defensa de Catamarca y de Argentina –dos consignas nacionales si las hay? Como ves, tu kirchnerismo berreta es mortal para la causa nacional.

Te mando otra: Cristina en el primer turno – suponemos que Scioli también, si no gana el que te jedi. Sabatella no lo quiere, y tendría los votos suficientes para que Scioli pierda ante De Narváez. ¿Cristina a la Rosada, el colorado a La Plata? Hasta tu amigo el Chino le hace asco a Scioli, al que los encuestadores le asignan un rol fundamental para la reelección de CFK, y condiciona el apoyo a que un Evita vaya de vice; de nuevo, ¿son funcionales a De Nárvaez? Quizás sea éste el plan del desinformador Verbitsky, porque, como te acordarás, este colorado opositor fue uno de los primeros huéspedes de los K cuando, a fines de los 90, armaron el grupo Calafate. Cristina, por otra parte, no podría ser reelegida en 2015 - ¿los sucesores son el sojero Urtubey, el biocombustible Alperovich, el minero Gioja, o el latifundista bonaerenese Scioli? Asistimos a un proceso de descomposición del llamado Frente para la Victoria, hay que ofrecer una vía de salida. De paso, ¿te acordás de tu desprecio por la lucha de clases en la ‘carta’ anterior y tu magnificación de la correlación de fuerzas desfavorable? Pues bien, mientras vos boludeabas para encubrir a Pedraza, se desató una revolución que amenaza barrer a todos los gobiernos nacionalistas degenerados del Mahgreb, apoyados, indistintamente, por los imperialismos francés y norteamericano. Claro, no hay que apresurarse –ya lo decía el general-, pero no dejemos de afilar las armas, desarrollando una fuerza política independiente de los trabajadores, revolucionaria y socialista.

Juicio y castigo a TODOS los culpables del asesinato de Mariano. Abajo el pacto CFK-Pedraza-Ugofe. Nacionalización efectiva de los ferrocarriles, bajo control de los trabajadores, organizados en un sindicato realmente independiente. Desarrollemos una fuerza política obrera y socialista, revolucionaria.

3 comentarios:

  1. te falta la última:
    http://po.org.ar/articulo/actualidad20110118-1800/galasso-reincide

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  2. Galasso desde siempre me enriquece con su aporte de una visión histórica en la que reivindica a los silenciados, a los ninguneados .Por suerte este gobierno los rescata y no es casual, ya que se trata de un proyecto nacional y popular, lo que se dice identidad, que no se trata sólo de un nombre sino fundamentalmente el qué, el para qué y con quienes somos.
    Otra lección para Altamira que como paradoja posee un baja mira o mejor dicho una corta mirada. Nosotros no tenemos que recurrir a la historia de la revolución rusa ni hacernos de ella para interpretar la historia y el hacer político. Nosotros no nos montamos en el reclamo genuino y más que justo de los obreros terciarizados ni antes en el reclamo de los movimientos de desocupados, creando sellitos. El gobierno está cambiando desde la secretaría de desarrollo social lo que era clientelismo o "teciarizados" por la creación de cooperativas con sujetos creando sus propios proyectos productivos y llevándolos adelante.
    Nosotros, los que bancamos este proyecto nacional y popular, como el mismo Galasso, no es que tengamos miedo de sus críticas don Jorge, que es comprensible que las haga,no por justas sino porque venimos de distinto palo, lo que me dá tristeza es que no vea que lo que uno desea como adulto para los pibes, nuestros hijos, es un país digno: donde haya más inclusión no sólo de los que menos tienen sino también de los que eran discriminados por su elección sexual. Que lo que uno deseó desde siempre el juicio y castigo de los genocidas y aunque sufriendo por las desaparición de Julio López y las amenazas a los testigos de los juicios hoy podamos ver como una realidad la condena de muchos genocidas. Un país donde los obreros y empleados después de años sin paritarias se puedan sentar y discutir obteniendo los mejores salarios por décadas.Con un ministerio de Trabajo presente (en otra épocas los obreros y empleados debíamos soportar como ministra a Pato Bullrich)
    Como adulta y madre no me gustaría que mi hijo me viera que me resigno a conservar ese menos del 1% de los votos o que me viera como mezquina peleando una presidencia de una secretaría en la cámara de lo representantes.
    Como madre me gustaría, y trabajo para eso, que mi hijo sea independiente hasta de mí, que pueda formar un criterio propio, que disfrute de lo que hace y para eso le debo dar todos los elementos no le sirve que le cuente sólo quien fué Ramón Mercader y omitir a Juan Lavalle, porque de esa manera le ocultaría los elementos para que viera porque éste fué la mano ejecutora de Dorrego un líder de la tradición nac & pop como dice Altamira.
    Como madre me gusta que mi hijo me vea como alguien segura y orgullosa de pertencer a esa generación intermedia, tengo 44 años, a la que le arrebataron la generación anterior y le sacaron esa referencia irreemplazable. No porque el camino fuera en los 2000 los tomados en los 70 sino porque juntos estaríamos disfrutando de ver hechas realidades muchas de las cosas que ellos planteaban y juntos estaríamos trabajando para lograr otras que todavía faltan.
    Como mujer me gusta verme después de años intentando formar parte de algún engendro político, orgullosa de apoyar un gobierno como el de Cristina que día a día me reconfirma la correcta elección.
    A los 44 años no es que me resigné, no, para nada, es que crecí ya no me va ir tirando piedras por la vida porque sí, las tengo guardadas (por si algún día hacen falta no para tirarle al gobierno sino para defenderlo) y cuando sea vieja o ya no esté tal vez las encuentren mis nietos y se pregunten para que servían y se pongan a jugar a la payana.
    Altamira vos sos más grandecito que yo consejo por qué no creces!!!!!

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