EL BALDÍO: ¡Avisenlés que no son inodoros!...ni todo el resto del país al que no consideran propio"

jueves, 13 de enero de 2011

¡Avisenlés que no son inodoros!...ni todo el resto del país al que no consideran propio"

¡VAMOS GENTE DEL CAMPO! Manifestemos nuestro rechazo a las condiciones paupérrimas a las que son sometidos los trabajadores de la desfloración del maíz. ¡CORTEMOS EL CRUCE DE LA N9 Y LA P178 EN RECLAMO SOLIDARIO PARA CON LOS JORNALEROS SANTIAGUEÑOS!

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¿Por y para qué?

El interés común, general, por sobre la realización y el logro personal, confieren a la cultura y la política la dimensión necesaria para la transformación y el cambio. Todo lo que está naciendo y creciendo -en este mismo instante- lleva impreso una fuerza que ya sepulta lo caduco, lo estático, lo obsoleto. El "baldío" es condición geográfica, pero también mental y espiritual. Integrar cada una de las piezas que hacen a esta Nación de increíbles espacios y magra población, de "periferias" dentro de un país periférico, es el desafío de quienes habitamos estos confines. Como bien dice Fito Páez: "Multiplicar es la tarea".

- Anecdotario -

De los Males Nuestros

“Fuimos Pepe y yo al circo…y empezó el número de un equilibrista. Se subía a una escalera de punta y, al llegar allá arriba, ponía un banquito y encima un tarro de yerba.Después del tarro un asiento de bicicleta. Allí se sentaba él. Y mientras la escalera giraba sobre sí misma, este bárbaro hacía juegos malabares con tres botellas en las manos…y con los pies tocaba el arpa. Claro, todos aplaudíamos como locos. ¡Fijate!¡Un número estupendo!...pero Pepe movió la cabeza desdeñándolo. ¿Sabés qué dijo? Si, bueno…pero el arpa no la toca bien” (Enrique Santos Discépolo).

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Frente a tales desaciertos políticos, deberían tomar en cuenta el caso célebre del ciego. Le traían un caballo, lo palpaba y diagnosticaba: “overo”. Un segundo y decía: “bayo”. Otro y aseguraba en medio del asombro de los parroquianos: “manchao”. -¿Y siempre acertaba? –preguntó maravillado uno que escuchaba la historia. -¡Nunca!, contestó el narrador.

- Brecht -

"El peor analfabeto es el analfabeto político. El que no ve, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. El que no sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pescado, la harina, del alquiler o de sus medicamentos, dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política.
No sabe, el imbécil, que de su ignorancia nace la prostituta, el menor abandonado, el asaltante y el peor de los bandidos que es el político corrupto y el lacayo de las empresas nacionales y multinacionales"