"Hacer un país es hacer hombres para que, a su vez, los hombres hagan el país" (Arturo Jauretche)

sábado, 27 de noviembre de 2010

Símbolos

Por Julio Capanna

La foto de Churchill, Roosevelt y Stalin en Yalta, 1945. A la guerra en Europa le quedan pocos meses. Es la foto de los triunfadores. Foto/símbolo que muestra a los que ya se están repartiendo la torta. Uno en un millar de gestos/símbolos que marcan, a veces, un antes y un después. Los rostros en las filmaciones del 17 de octubre del ´45 y los aviones del 16 de junio del ´55. La misma plaza, distintos símbolos. Vencedores y vencidos, según el ojo y la mirada. Inauguran la fotografía y el cine una nueva era donde la realidad deja su impronta objetiva en el espectador pasivo. Antes, la crónica escrita y acaso la pintura. Al pasado en el que aún no existo le sucede el que voy creando, mi pasado…y mis propios símbolos. Así comienza mi película, mi álbum de fotos. El llanto de mis viejos y abuelos frente a un funeral en blanco y negro aquel 1º de junio del ´74. Yo, a mis cinco años. “Percibidor” del dolor, “ignorador” del motivo. La pena…el símbolo. La excitación puber-belicista del 2 de abril del ´82. Primer año del secundario. La profesora de matemáticas intentando disimular unas lágrimas que muy poco tenían de euforia patriótica y mucho de vaticinio. La angustia…símbolo. Al poco tiempo, los conciertos del rock; partícipe voluntario de esas ceremonias de resistencia y liberación. Necesidad colectiva de festejar el cambio…la vida. Finales de los ´80: la película avanza pero parece que retrocede. Incertidumbre, caos, desesperanza. En los ´90 todas las fotos se parecen, la película podría estar hecha en cualquier lugar de ese mundo que se nos vende como al que todos vamos a acceder. Mundo feliz. Mundo/aeropuerto. Exitismo. Con viveza todos nos podemos sacar una foto con los Stones, tener un Ferrari y hasta cogernos a Madonna y/o a Xuxa. La gran bacanal…pero para pocos. El fin del milenio nos encontró dominados…como era lógico. Pertenecer tiene su precio, y siempre lo pagan los mismos. Causalidades de la vida, la cosa no se va al carajo por los millones de excluidos, sino por los millones que nos “acorralan”. No por la vergonzosa miseria de muchos, sino por la ominosa complacencia de los miserables. Junio de ´02. Reclamo y muerte. Juventud y muerte. Militancia y muerte. El símbolo…la misma muerte. A esta altura, todo parece dar lo mismo. Ser argentino implicaría la aceptación resignada de cuanto nos condena invariablemente al fracaso, la derrota, la tristeza, el desencanto. Así pues, nada bueno/nuevo puede esperarse que suceda…y menos viniendo de una clase política que a fuerza de traiciones aprendimos a detestar, y aún peor, a aceptar con su podredumbre congénita. ´03 y ´04. Gestos que alteran el letargo de quienes no esperan ya mucho de nada ni de nadie.
   Y ahí, me estoy yendo. Otros cielos, otra gente. Argentino descubriendo virtudes de argentino y extranjero. Comparando, resignando, aprendiendo, valorando. Algunos años después, el símbolo es presente. Veo, oigo, palpo, percibo, y la impronta queda y se acumula. Banderas. Celeste/blanca/sol. Aquí, allá y en todas partes. Resisten a la caducidad innata y característica del árbol de navidad pasadas las fiestas. Resisten a las fechas patrias. Se quedan ahí, en la ventana, en la puerta del garage, en la vidriera, techo, tanque de agua. Bandera portátil, escarapela que mi hijo me pide y lleva como quién da por hecho algo que a su padre acomplejado le costará toda una vida el asumirlo. El símbolo…lo nuevo que está creciendo. Es el turno entonces de andar tarareando por la calle en primavera la melodía de un himno al que de chico le cambiábamos la letra para encontrarle algún sentido. ¿De dónde esta naturalidad? ¿Cuándo fue que al prejuicio le crecieron ramas que no dieron frutos agrios? ¿Y el impudor que parecemos compartir con otros tantos a la hora del desafine y el reemplazo onomatopéyico ante el olvido? ¿Motivación bicentenaria? ¿Nacionalismo vaporoso y sentimental? El tiempo -encargado siempre de poner las cosas en su sitio- lo dirá.
Y aunque sé bien que no todos la dejan, la llevan y lo cantan por las mismas razones…
…ahí están…
…y se quedan.
Símbolos.

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