"Hacer un país es hacer hombres para que, a su vez, los hombres hagan el país" (Arturo Jauretche)

domingo, 13 de febrero de 2011

A 194 años de Chacabuco

Tras el Cruce de los Andes, todas las tropas que partieron y avanzaron separadamente, se reunieron el valle de Aconcagua, en el Campamento de Curimón, el día 8 de febrero de 1817. El objetivo era ocupar la ciudad de Santiago, que estaba bajo el mando del gobernador español, Francisco Marcó del Pont.

Rafael Maroto fue el designado al frente de las tropas realistas, que ascendían a algo más de 2.000 hombres, para detener a los patriotas en la cuesta de Chacabuco.

EL ENCUENTRO

El Combate de Chacabuco se produjo el día 12 de febrero, desarrollándose entre las 11 de la mañana y las 14 hs., adelantándose dos días a lo pensado en un principio, para no dar tiempo a las fuerzas realistas a reorganizarse, luego de haber sido dividas por la “guerra de zapa” (estrategia de distracción por la que se simuló un ataque desde varios frentes).

Las fuerzas sanmartinianas se dividieron en un ala derecha, al mando del Brigadier Miguel Estanislao Soler, con 2.000 hombres, que tomó el camino largo de la Cuesta Nueva y en un ala izquierda, a cargo de O´Higgins, con 1.500 hombres, que avanzó por el camino corto de la Cuesta Vieja. Ambas divisiones convergerían en Chacabuco para enfrentar a las fuerzas enemigas.

Sin embargo, el plan no se ejecutó de la manera prevista. O´Higgins, que lógicamente al avanzar por el camino más corto, llegó primero, con la misión de contener a los enemigos hasta la llegada de Soler, tal vez se vio entre los fuegos cruzados de los españoles, o quizás por sus ansias de victoria impaciente, atacó sin esperar la llegada de Soler. Estando la batalla muy comprometida para los criollos, la intervención personal de San Martín, comenzó a convirtir a la batalla de Chacabuco en símbolo de victoria para la causa patriótica.

Inmediatamente se produce el primer encuentro de proporciones en la cuesta de Chacabuco. Miles de hombres en armas se enfrentaron en decisivo encuentro, teniendo gran protagonismo los infantes morenos que elogiara el Libertador en sus escritos posteriores a la contienda.


La llegada de Soler, cambió definitivamente el rumbo del encuentro, ya que el ataque sorpresivo de esta división, dejó a los realistas sorprendidos e indefensos.


El boletín donde se comunica al pueblo de Buenos Aires el triunfo de Chacabuco, termina diciendo “Enemigos del nombre americano! Cesad de derramar sangre inútilmente. Respetad a los héroes de la Cuesta de Chacabuco”.

CONSECUENCIAS

Las pérdidas españolas, ascendieron a 500 hombres muertos y 600 prisioneros. Como botín de guerra fueron tomados 100 fusiles, dos piezas de artillería y banderas. Entre las fuerzas emancipadoras murieron 12 personas y 120 resultaron heridas.

El gobernador de Chile, Marcó del Pont, intentó huir hacia Valparaíso, pero fue tomado prisionero y confinado en San Luis.

El día 14 de febrero, San Martín y sus hombres hicieron la entrada triunfal en Santiago, ante el clamor popular. Francisco Ruiz Tagle fue designado gobernador político interino. El 15 de febrero se reunió un Cabildo Abierto. El cargo de Director Supremo le fue ofrecido a San Martín, pero éste rehusó ese nombramiento y solicitó que le fuera concedido a Bernardo O´Higgins, quien finalmente ocupó ese cargo. San Martín también rehusó a ser designado Brigadier General. Con el dinero con que fuera recompensado por el Cabildo de Santiago, San Martín decidió que fuera destinado a fundar en esa ciudad, una Biblioteca Pública. También fue inaugurada una filial de la Logia Lautaro, que reunió a los partidarios de O´Higgins, como instrumento de poder político respaldatorio al gobierno patrio, que actuaría en coordinación con la logia argentina.

En Chile, San Martín mantuvo un equilibrio entre la aristocracia chilena y las clases populares. Evitó, según las instrucciones que le habían sido impartidas, toda conquista, invitando a Chile a designar diputados al Congreso de Tucumán para formar un gran estado o de lo contrario, realizar una alianza entre ambas naciones.

A partir de este momento los planes del Libertador, concibieron la campaña al sur de Chile, donde se habían reagrupado las tropas españolas, luego de la derrota de Chacabuco. A tal fin, se dirigió hacia Buenos Aires, para pedir ayuda material, sobre todo embarcaciones, que les permitirían dirigirse hacia Lima. En el mes de mayo retornó a Santiago.

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